Si hay algo que define el trabajo en el campo, aunque quizás no sea ya seña de identidad de todo el sector agroalimentario, es la temporalidad a la que se enfrentan sus trabajadores, una realidad a la que pretende plantar cara este plan, según recalcaron las secretarias generales de CCOO y UGT de Andalucía, Nuria López y Carmen Castilla, respectivamente.

Tras recordar que un tercio de la población andaluza vive en el ámbito rural y que la industria agroalimentaria genera el 5% del PIB andaluz y es sostén del 30% del empleo, Carmen Castilla subrayó también la elevada tasa de desempleo que soporta el sector. Asimismo, insistió en la necesidad de que este plan estratégico ponga freno «a la precariedad laboral, al encadenamiento de contratos temporales y a que se establezcan cláusulas de conversión de temporales a fijos o fijos discontinuos», que se avance hacia una reducción de jornada «hasta alcanzar las 35 horas semanales» y se realice un «exhaustivo control de las horas extra».

Por su parte, Nuria López dijo que ya es hora de «visibilizar a los trabajadores del sector agroalimentario, y en especial a las mujeres, que han estado dando el callo pero que han sido invisibles durante muchos años», y planteó las oportunidades que abre este plan para abrir nuevos yacimientos de empleo y de negocio llevando a cabo «un proceso de tecnificación necesario».

López insistió en que para avanzar en el desarrollo de esta industria «es importantísimo que se apueste por la cooperación y no por la competencia desleal que se consigue a costa de los trabajadores». Para CCOO, la agroindustria es un sector clave que debe conjugar su arraigo local con el ineludible reto de la internacionalización. A.R.A.