El Observatorio Nacional de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC), que se puso en marcha hace ocho años, presentó ayer los datos de violencia registrados contra facultativos en el 2017, que ascienden a 515 casos frente a los 495 del año anterior, lo que supone un aumento del 4%. En el 65% de los casos se presentó denuncia tras la agresión.

En este último año, los datos registrados revelan un moderado crecimiento de estas conductas violentas en el ámbito sanitario (354, 344, 361, 495 y 515 agresiones en los años 2013, 2014, 2015, 2016 y 2017 respectivamente), lo que supone que la tendencia ascendente se mantiene por tercer año consecutivo, expuso la OMC en un comunicado. La OMC consideró positivo que este tipo de conductas violentas se comuniquen, aunque lamentó que en muchos casos tengan relación con situaciones que se vienen denunciando como la masificación de las urgencias, la falta de equidad en la atención sanitaria, el aumento de las listas de espera o la precariedad laboral de los profesionales.

Lesiones, amenazas, coacciones, maltrato, injurias y/o vejaciones centran la mayor parte de las 3.429 agresiones que han sufrido los médicos en el ejercicio de su profesión en España en los siete últimos años, según este observatorio. El 12% de estos casos acabó con lesiones, el 32% fueron insultos y el 56% amenazas. «Estos episodios cercenan la confianza médico-paciente, incrementan el estrés laboral del médico y es una agresión tan grave como la física», recalcó la Organización Médico Colegial.

A nivel andaluz, la atención primaria es la que registra más episodios de este tipo (42% del total); seguida de urgencias de atención primaria (24%), urgencias hospitalarias (13%) y atención hospitalaria (21%).