El creador de El Ministerio del Tiempo está orgulloso de una ficción que ha logrado premios, buenas críticas y un público incondicional pese a no haber ganado en audiencia a sus competidores. Su querencia por la historia le llevó a licenciarse en esta materia, pero la carrera de Javier Olivares (Madrid, 1958) ha discurrido por el mundo del guion. Su trabajo le llevó a crear ficciones como Isabel, Víctor Ros y (junto a su hermano Pablo) El Ministerio del Tiempo. Esta noche (22.45), TVE-1 emite el (en principio) último capítulo y él dice que se va con una sonrisa en los labios.

-Suena a despedida.

-Simplemente es un ciclo. No hay ninguna decisión por parte de TVE, cosa que por lo demás no es algo novedoso, porque no la ha habido nunca. Creo que este ciclo de El Ministerio del Tiempo está cerrado, y si hay más serie, entraría a formar parte de uno nuevo.

-¿Se refiere a un nuevo canal de emisión?

-Hablo, como guionista, de temas meramente narrativos. En cuanto a otros canales, esta serie pertenece a TVE, que tiene los derechos, y el primer paso lo debe dar TVE.

-En este capítulo final hacen un metaMinisterio...

-Asisten al rodaje de la serie. No voy a explicar mucho porque, según los audímetros, no estamos muy boyantes y solo falta que yo cuente las sorpresas.

-¿El último cambio de día, para dar paso a ‘OT’, les ha perjudicado?

-Cuatro de los ocho capítulos de la primera temporada de El Ministerio del Tiempo se emitieron en días u horas diferentes, las grabaciones siempre han tardado mucho, la segunda temoporada se dividió en dos, ahora se cambia de día… No estoy quejándome, porque todo directivo tiene el poder de decidir, solo hago una relación de los decisiones que hemos sufrido. Y, pese a eso, hemos recibido más de 50 premios; hemos sido, según Kantar Media, número uno en redes sociales; trending topic nacional número uno cada semana y mundial siempre, semana tras semana. Datos buenísimos en diferido en la web y en el plano internacional hasta que ha entrado Netflix que, obviamente, ha limitado mucho la visibilidad de las series fuera porque no van a emitir algo que se ha visto antes.

-En este último capítulo hace un homenaje a Chicho Ibáñez Serrador, un referente de las ficciones de los años 70.

-Probablemente yo no me habría dedicado a esto sin el trabajo de Chicho Ibáñez Serrador y Jaime de Armiñán. Para mí son maestros muchas veces olvidados y yo intento recordarles siempre. Con este último capítulo final, como lo fueron el de Felipe II o el de Lorca, más que cerrar historias lo que intento es que el final quede bien en alto y para recordar. Este es como el de Felipe II, pero más cómic, muy irónico, muy directo. Será un capítulo especial.

-¿Cómo le gustaría que apareciera la serie en la enciclopedia de la tele?

-Como lo que yo ya he visto. En más de un libro sobre series, de la única española de la que se habla es de la nuestra. Aunque me parece injusto, porque hay otras que están muy bien. Podría ser: «Abrió un nuevo camino de creatividad buscando nuevas audiencias».

-Dicen que se van con «honor y reputación».

-Yo creo que sí. Honor, reputación... y también hemos avisado a la industria de toda la vida que hay cosas que deben renovarse.

-Movistar le ha dado una nueva vida a ‘Velvet’, ‘Fox, ‘Vis a vis’… ¿La próxima será ‘El Ministerio…’?

-No lo sé. En su día hubo acercamiento de varias plataformas, pero seguimos en TVE y Netflix y orgullosos de ser el primer producto de TVE que es coproducido por la primera plataforma mundial. No lo sé. Lo que sí sé es que El Ministerio necesita un reposo para continuar. Han sido tres temporadas muy intensas que nos han degastado mucho y si hay más ministerios se tienen que dar con otras condiciones. No hablo de economía, sino de tiempo. Para pensar, sobre todo, para que tenga el nivel de lo que se ha hecho hasta ahora. Si no, no merece la pena.