Tres orejas para Alejandro Talavante y cuatro para Andrés Roca Rey, siete en total, fue el exitoso balance artístico del mano a mano que ambos diestros dirimieron hoy en la localidad gaditana de Jerez de la Frontera.

FICHA DEL FESTEJO.- Dos toros de Juan Pedro Domecq (1º y 4º), dos de Zalduendo (2º y 5º), y dos mas de Núñez del Cuvillo (3º y 6º), de justa presentación y cara, nobles pero con poco fuelle.

Alejandro Talavante, ovación, oreja y dos orejas.

Andrés Roca Rey, dos orejas, ovación y dos orejas.

En cuadrillas, Juan Sierra saludó tras banderillear al cuarto

La plaza registró tres cuartos de entrada en tarde agradable, y en la que Antonio Caro Gil actuó de sobresaliente.

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MÁS TOREROS QUE TOROS

Talavante fue el encargado de quemar la primera nave de este interesante mano a mano con uno de los toreros más de moda: el peruano Roca Rey.

Pero en su primero apenas tuvo enemigo, un toro que iba y venía sin decir gran cosa hasta que se agotó por completo, y con el que extremeño, que inició faena por estatuarios, no pudo pasar de los detalles, algunos de ellos extraordinarios como un cambio de mano y alguna que otra arrucina.

Su segundo del lote fue un "torito" de Cuvillo manso de solemnidad. Lo muleteó de rodillas para abrir faena y comenzó a embestir con cierta emoción, aunque también se pararía enseguida. Hubo aquí mas torero que toro, de ahí la oreja que cortó.

Su último toro pareció que podía tener algo de más movilidad, mas no aguantó tampoco mucho el animal, a pesar de tener cierta clase, la justa par que Talavante lo cuajara al natural, con tandas con de exquisita factura. Dos orejas para él.

Roca Rey brilló manejando el percal a su primero, tanto en el recibo a la verónica como en posterior quite por ajustadas chicuelinas y tafalleras. El comienzo de faena fue tremendo. Intentó el pase cambiado pero no dejo salida y el toro se lo llevó por delante, afortunadamente sin consecuencias.

Le obligó mucho por abajo el peruano y, aunque tuvo bondad y clase, el toro se apagó. Bernadinas para concluir, estoconazo arriba y dos orejas.

A su segundo no se le hizo sangre ni para un análisis en el caballo. Quedó crudo. Sin embargo, no fue óbice para que llegara a la muleta con sosería. Faena sin emoción al no poseer el animal ni movilidad, ni fiereza, ni emoción.

El último de la suelta tuvo mucha calidad por el derecho. Mano baja y quietud fue la receta que le recetó Roca Rey. Una faena con destellos de buenos muletazos que gustó al respetable y otras dos orejas para cerrar.