Un residente de Trassierra se enfrenta a una petición de dos años y nueve meses de cárcel por, presuntamente, tener un criadero ilegal de gallos de pelea en una parcela alquilada en el 2015, con el que habría causado lesiones a su vecino por los ruidos generados.

El escrito de acusación del fiscal señala que el acusado contaba con unos treinta gallos el día que acudieron a la vivienda para realizar una medición sonométrica, el pasado mes de febrero. También indica que los animales se encuentran en jaulas que lindan con la parcela del vecino.

Además, detalla que estas aves producen ruidos, "cacareando desde antes de las 5.30 horas hasta bien entrada la mañana", e indica que "estos han venido siendo soportados" por el perjudicado.

Junto a esto, manifiesta que el procesado carece de licencia para el desarrollo de la actividad y abunda en que "la referida explotación no es autorizable". Una vez medido el ruido, y según el escrito de conclusiones provisionales, ha resultado que se superan los límites legales tanto de noche como de día.

Por otro lado, el fiscal apunta que el vecino "padece, producido por estos hechos, un trastorno psiquiático adaptativo por el que ha precisaso tratamiento médico", entre otros perjuicios sufridos en su salud.

El Ministerio Público califica los hechos como un delito contra el medio ambiente, por el que pide dos años de prisión y una multa de 14 meses a razón de 12 euros diarios, y un delito de lesiones por el que solicita nueves meses de cárcel. Asimismo, reclama que el acusado indemnice a su vecino.