Un residente de Trassierra se enfrenta a una petición de dos años y nueve meses de cárcel por, presuntamente, tener un criadero ilegal de gallos de pelea en una parcela, con el que habría causado lesiones a su vecino por los ruidos.

El fiscal señala que el acusado disponía de unos treinta gallos el día que acudieron a la vivienda para realizar una medición sonométrica. También indica que los animales producen ruidos, «cacareando desde antes de las 5.30 horas hasta bien entrada la mañana». Además, destaca que el procesado carece de licencia para la actividad y que, una vez medido el ruido, ha resultado que supera los límites legales. Sobre las consecuencias, señala que el vecino «padece, por estos hechos, un trastorno psiquiátrico adaptativo», entre otros perjuicios sufridos en su salud. Así, califica lo ocurrido como un delito contra el medio ambiente y otro de lesiones.