El cadáver del hombre hallado el viernes en una vivienda de la plaza de la Fuenseca tenía heridas por arma blanca y estaba momificado por el tiempo transcurrido desde la muerte, según ha desvelado la autopsia que se practicó el sábado. Mientras tanto, la detenida por el crimen, pareja del fallecido, no ha aclarado las circunstancias en las que pudo producirse la muerte antes de que el juez la enviara el sábado a prisión, ya que guardó silencio ante la Policía y ante el titular del juzgado de Instrucción número 2 acogiéndose a su derecho a no declarar, según han señalado fuentes cercanas a la investigación.

La mujer fue arrestada el viernes después de que la Policía Nacional requiriera a los bomberos para abrir la vivienda y hallaran, oculto bajo escombros, cartones y basura, el cadáver de su pareja. Según algunos vecinos, en ese momento la detenida se habría derrumbado y confesado el crimen, aunque posteriormente, apuntaron ayer fuentes cercanas al caso, ni en comisaría ni ante el juez declaró. Lo que sí aseguraron las mismas es que detrás del suceso había «una historia muy triste». De hecho, la pareja, de unos 40 años, que mantenía una relación sentimental, era conocida en el vecindario por sus problemas con las drogas y el alcohol y por haber protagonizado numerosas discusiones entre gritos y golpes. La mujer llegó a presentar contra el hombre una denuncia por malos tratos en el año 2014, motivo por el que se le impuso a él una orden de alejamiento. Sin embargo, la misma quedó sin efecto en febrero del 2015 tras quedar absuelto judicialmente. Al parecer, según las fuentes consultadas, ella misma habría desistido del proceso y no llegó a declarar contra él.

SIN NOTICIAS DURANTE MESES // La Policía Nacional había empezado a investigar sobre el paradero del hombre el pasado enero, cuando su familia denunció que no tenía noticias de él. Los vecinos de la Fuenseca, de otro lado, aseguran que no lo veían desde octubre y que la mujer explicaba que se había marchado a Sevilla, de donde procedía. Por aquella fecha, en los alrededores empezaron a notar un olor insoportable proveniente de la casa en ruinas que ocupaba la pareja en el número 3 de la plaza de la Fuenseca. Incluso los vecinos denunciaron el hedor y, según relataron, tanto miembros de la Policía Local como de la empresa Sadeco visitaron el lugar, sin hallar nada extraño. Fue el pasado viernes cuando agentes de la Policía Nacional, que ya habían efectuado diversas pesquisas desde la denuncia a primeros de año de la familia del hombre, acudieron al inmueble. Tras franquearle la entrada los bomberos, hallaron un rastro de sangre y el cuerpo sin vida en avanzado estado de descomposición. Esta circunstancia, precisamente, llevó a pensar a los investigadores que el hombre podía llevar muerto desde el pasado octubre. La autopsia, que ha revelado que estaba momificado, avala esta teoría.

Además, los agentes de la Policía Nacional también hallaron en la vivienda un arma blanca que se podría haber empleado en el crimen. El estudio realizado al cadáver en el Instituto de Medicina Legal vino a respaldar igualmente la hipótesis de que el hombre muriera acuchillado, ya que presentaba heridas por arma blanca. Tras ser puesta la mujer a disposición judicial, el juez decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.