El ministro afirma que hay más jueces que nunca. Los alumnos que inicien su actividad en los próximos meses no dispondrán de juzgado y quedarán a la espera de destino hasta quién sabe cuándo. Frivolizan quienes consideran que sobran jueces y que los casi 300 que han invertido cinco años en aprobar y otros dos en superar la Escuela Judicial puedan serlo de segunda división, funcionarios de apoyo sin competencias concretas. Nadie sabe si dictarán sentencias desde casa o ayudarán a otros jueces colapsados.

No se trata de una propuesta audaz para poner al día los juzgados, sino de una falta de previsión del Gobierno que este año crea sólo 30 nuevos juzgados. Los alumnos se consideran engañados: aprobaron una oposición que les garantizaba un juzgado con plena responsabilidad y se ven ahora en el limbo. La Escuela Judicial de Barcelona tendrá que poner el cartel de cierre por falta de personal. El pacto por la justicia naufraga: ¿sobran jueces y faltan presos?