Si el temario de la nueva asignatura de Historia de España de Bachillerato llegó a ser tachado de "aberrante" y "casposo" por los académicos, por su sesgo ideológico y las omisiones al abordar sobre todo el franquismo, incluido el papel de la Iglesia en la dictadura, lo mismo como mínimo puede suceder ahora con los currículos que el ministerio que dirige José Ignacio Wert ha aprobado para la asignatura de Religión de los alumnos de educación obligatoria --Primaria y ESO-- y Bachillerato. El temario, cuyo contenido ha sido elaborado por la Conferencia Episcopal, de acuerdo con los acuerdos suscritos con la Santa Sede, propone actividades como que los alumnos de primero (6 años) "expresen con palabras propias el asombro por lo que Dios hace", identifiquen y enumeren "los cuidados que reciben en su vida como don de Dios" o memoricen y reproduzcan "fórmulas sencillas de petición y agradecimiento". Una formulación ambigua para abrir la puerta a que se puedan recuperar los rezos en las aulas. Con la Lomce, la asignatura de Religión sigue siendo optativa para los alumnos de Primaria y ESO, aunque es una materia evaluable, lo que significa que los resultados de los exámenes en esta materia cuentan para la nota media o, por ejemplo, para obtener una beca. En Bachillerato, los centros son libres de decidir si la ofertan o no, dado que se encuentra entre las materias de libre asignación.

La propia Conferencia Episcopal Española admite que el currículo, publicado el pasado martes en el BOE, "es confesional", aunque niega que su finalidad sea "catequética o de adoctrinamiento", según su responsable en materia de enseñanza, José Miguel García. En segundo curso de Primaria se establece como uno de los criterios de evaluación que los alumnos reconozcan "la incapacidad de alcanzar por sí mismos la felicidad" y se propone que estos expresen, "oral y gestualmente, de forma sencilla, la gratitud a Dios por su amistad".

En el caso de Primaria, además, desaparecen del currículo las referencias explícitas a otras religiones, como el islam o el judaísmo (lo que sí se mantiene en el bachillerato). Fuentes del departamento de Wert aseguraron ayer que Educación "no entra a valorar" el contenido.