Cerca de una veintena de personas se han concentrado este viernes a modo de escrache frente a la casa del que fue arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, para pedirle que abandone su actual domicilio en Madrid, situado en la calle de Bailèn, junto a la Catedral de la Almudena por suponer un dispendio excesivo para la Iglesia. Rouco vive en un piso de 370 metros cuadrados y con dos monjas a su servicio. Unas recientes reformas costaron más de medio millón de euros.

Así lo ha señalado el principal organizador de este escrache, el sacerdote Carlos Fernández Barberá, quien ha afirmado que la intención de esta manifestación "pacífica" no es otra que la de "hacerle caer en la cuenta" a Rouco que "ha entrado en un camino equivocado".

Fernández Barberá empezó a recoger firmas de forma "artesanal" de "amigo a amigo", sistema que tuvo que paralizar debido a que era "lento y poco efectivo". Por ello, movilizó a su gente a manifestarse "sin insultar a nadie" y con el único objetivo de hacer que Rouco "caiga en la cuenta" de que vivir donde vive es una "locura".

Por el momento y gracias a un portal cristiano que abrió una petición de firmas en la plataforma Change.org, "hay recogidas cerca de 2.500 firmas", ha explicado al tiempo que ha indicado que este piso ha creado "mucho escándalo e indignación" en gente "tanto de la Iglesia como de fuera".

Fernández Barberá ha criticado que Rouco desde que entrara en el seminario "ha vivido siempre en la Iglesia Institucional clásica en la cuál un cardenal era un 'príncipe de la Iglesia'", ha denunciado. Por ello, considera que Rouco está "convencido" de que "está viviendo conforme a lo que pide su estatus".

En este sentido, el principal organizador de este escrache ha señalado que este tipo de Iglesia "tendría que eliminarse ya" y ha apuntado que el Papa Francisco vive en una residencia "modesta", razón por la que cree que "no cuadra" que Rouco viva en un piso "de 370 metros cuadrados con dos monjas a su servicio".

Por su parte, varios de los allí congregados con pancartas de 'Un Papa con una vida humilde y un cardenal jubilado viviendo con lujo ¿Quién lo entiende?' o 'Rouco, vive como el Papa', creen que esta situación no representa "en absoluto a la Iglesia de los pobres que tanto se predica".