Conchita Colás, que ahora tiene 62 años, es la tercera víctima de M. G. M., conocido como el 'joven de la patada', que en marzo del 2015 agredió por la espalda a una joven que esperaba junto a un semáforo en la avenida Diagonal de Barcelona. Por esta brutal patada, que junto a un amigo grabó en vídeo y difundió por internet, el fiscal pide para él tres años de cárcel.

Al parecer, según publica 'El Mundo', no era la primera vez que M.G.M. propinaba patadas sin motivo aparente. En el 2014, Conchita Colás fue agredida con el mismo método cuando se encontraba en un centro comercial de la plaça Francesc Macià. De repente, ha relatado, notó un fuerte impacto en la pierna que le hizo caer al suelo. Fractura de húmero, traumatismo en la sien y en la rodilla fue el parte de lesiones. La mujer cuenta que en ese momento sólo había un par de dependientas que la asistieron pero no vieron la escena. El agresor permaneció detrás "haciéndose el loco". Le dijo que esperando a su madre, y se marchó. "Al fondo del pasillo había otro chico grabando con el móvil, su cómplice", recuerda Colás.

Colás salió del centro comercial en silla de ruedas. Y durante muchos meses no pudo dormir por los dolores que le producía la lesión del húmero. Cuando vio el vídeo viral de la agresión en la avenida Diagonal, reconoció a su agresor y ató cabos. Los Mossos le aconsejaron que denunciara pero en la rueda de reconocimiento no le pudo identificarle porque en el momento de la agresión M. G. M. no llevaba barba ni bigote. Sin embargo, tras verle en los vídeos deYoutube ya no tuvo dudas.

Ahora, esta catalana quiere participar en la acusación actual. Sabe que si lo admiten, la pena de cárcel que pide la fiscalía aumentaría por reincidente. "Quiero que pague por las más de 60 sesiones de rehabilitación que hice por su patada", afirma.

Antes que a Colás, M.G.M. y su compinche ya habían agredido con el mismo método a otra mujer, en este caso en el paseo marítimo deBenidorm. Se lo tomaban como un juego, y los vídeos eran una manera de mostrar sus 'hazañas' a sus amigos. El juego les ha salido caro. La Fiscalía de Barcelona pide tres años de cárcel y una indemnización superior a los 45.000 euros por dos delitos contra laintegridad moral y otro de lesiones, con un agravante de alevosía y discriminación por sexo, al considerar "el afán de humillar y ridiculizar a una mujer por el hecho de serlo".