Son los segundos españoles (el primero fue Rafael Moneo, en 1996) en ganar el premio más importante de arquitectura, el Pritzker, y los primeros en hacerlo de forma colaborativa, como trabajan, compartiendo procesos creativos y responsabilidades. Son Rafael Aranda (1961), Carme Pigem (1962) y Ramon Vilalta (1960), los fundadores de RCR Arquitectes, el estudio que abrieron en Olot en 1988 y que, poco a poco pero con solidez y determinación, ha ido haciéndose un nombre desde la Garrotxa hasta Chicago (EEUU), donde ayer fueron coronados como los ganadores de esta edición del conocido como nobel de la arquitectura.

Y eso, su forma de trabajar, a seis manos, además del respeto por el entorno y el paisaje, la prevalencia de la artesanía sobre la industria y su querencia por la belleza, es lo que ha elevado al trío al altar de los grandes arquitectos. «Sus obras cumplen admirable y poéticamente las tradicionales exigencias de la arquitectura por la belleza física y espacial, junto con el uso y la artesanía, pero lo que realmente les distingue es su enfoque para crear edificios y lugares que son locales y universales al mismo tiempo», reza el comunicado emitido por el jurado. Recientemente han inaugurado un complejo de apartamentos en Dubái.