El camarero del bar de la plaza Molina de Barcelona que llamó a los Mossos d'Esquadra porque tenía problemas con Alfonso Bayard ha asegurado este miércoles ante la juez que avisó a los agentes de la conducta extraña del actor, que asustaba a los clientes alertando del fin del mundo y de que todos iban a morir, y que dos agentes hablaron con él antes de reducirlo.

Ante la titular del juzgado de instrucción número 10 de Barcelona, que investiga la muerte de Bayard el pasado 2 de abril tras ser reducido por los Mossos d'Esquadra, han comparecido siete testigos de este suceso, en el que por el momento no hay ninguna persona imputada.

El abogado de la familia de Bayard, Francesc Bonatti, ha explicado a los periodistas que el camarero ha testificado que llamó a los Mossos porque Bayard estaba molestando a los clientes y que cuando llegó la patrulla les detalló a los agentes el comportamiento extraño del actor, que recibía tratamiento por brotes psicóticos. Según el abogado, otra empleada del local y un trabajador de un comercio contiguo también han testificado este miércoles ante la juez que vieron cómo los dos mossos que llegaron en primer lugar al bar estuvieron hablando entre un minuto y medio y dos minutos con Bayard, antes de que éste tratara de huir y fuera reducido.

Calibrado la situación

Tras oír la declaración de estos testigos, el abogado de la familia pedirá a la juez que reclame a los Mossos el protocolo de actuación en casos de personas con problemas mentales o que estén bajo los efectos de las drogas, ya que considera que en este caso los agentes tenían elementos suficientes para haber calibrado la situación y dar prioridad a la intervención sanitaria, frente a la policial.

Los seis mossos d'esquadra que redujeron a Bayard, que falleció tras la intervención policial, aseguraron el pasado lunes ante la juez que su actuación fue correcta y acorde a los protocolos y alegaron que no sabían que el hombre sufría brotes psicóticos ni lo percibieron.

Según el abogado, el camarero ha explicado a la juez que cuando llegaron los dos primeros agentes les describió la extraña conducta de Bayard, que estuvo en el bar entre las 15:00 y las 18:30 horas, consumiendo únicamente un bocadillo, un agua con gas y un cortado, molestando a los clientes con una actitud fuera de control y con movimientos bruscos. En concreto, el camarero les explicó a los agentes que dos chicas que estaban en una mesa del local pagaron y se marcharon tras quejarse por la conducta de Bayard, que con grandes aspavientos les dijo que llegaba el fin del mundo y que todos iban a morir.

Orinado en la terraza

El camarero también alertó a los Mossos de que Bayard había molestado a otro cliente, con movimientos compulsivos y desordenados, y que había orinado junto a la terraza del local, porque alegó que los servicios estaban muy lejos. El camarero decidió llamar a los Mossos porque Bayard estaba ocupando dos mesas y, cuando le pidió que dejara libre una de ellas, le respondió que no, que llamara a la policía, y por esto lo hizo.

Cuando los dos mossos llegaron al local, entraron directamente al interior del bar, donde hablaron con el camarero, según ha declarado el trabajador. Posteriormente, los dos agentes se trasladaron a la terraza, donde, según han testificado otra trabajadora del local y un camarero de un establecimiento contiguo, estuvieron hablando por espacio de entre un minuto y medio y dos minutos con Bayard, tiempo suficiente para que percibieran que desvariaba, según el abogado de la familia.

Los Mossos le pidieron entonces a Bayard que abandonara el local y se identificara, momento en el que el actor les arrojó una mesa y trató de huir, por lo que se abalanzaron encima suyo y le redujeron, aunque tuvieron que pedir refuerzos -llegaron cuatro mossos más- para poder esposarle.

Nervioso pero no violento

Ante la juez también han declarado como testigos tres chicas que hacían encuestas por la zona, que han asegurado que vieron a Bayard con el rostro desencajado y que no estaba en sus cabales, ya que estaba nervioso e insultaba a la gente, pero que no estaba violento.

Asimismo, otra testigo que pasaba por el lugar ha afirmado ante la juez que vio como uno de los mossos de refuerzo en la reducción le dio una patada en el lado derecho a Bayard, si bien otros testigos han sostenido que los agentes utilizaron la mínima fuerza indispensable para reducir y esposar al actor.

La juez ha citado para el próximo lunes 28 de abril a otros ocho testigos, entre ellos a los agentes de la Guardia Urbana y a los especialistas del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) que trataron a Bayard aquella misma mañana, horas antes de la reducción policial, porque había sufrido un conato de brote psicótico.

Bayard estuvo ingresado hace unos dos años durante tres meses en el Hospital Duran i Reynals tras sufrir un brote psicótico, si bien su situación se había estabilizado, aunque los últimos días antes de morir había protagonizado episodios extraños, justo después de que le redujeran la medicación.