Los suizos han rechazado en referendo la iniciativa que proponía que las armas reglamentarias que los hombres deben guardar en su casa durante las décadas que forman parte de la milicia fueran a depósitos estatales. Suiza no tiene un servicio militar obligatorio, pero los hombres menores de 60 años deben participar durante 21 días al año en una serie de prácticas militares. Las armas que utilizan para ello las guardan en sus casas.

Según los organismos electorales, los votos por cantones (provincias) muestran que la gran mayoría de votantes ha apostado por mantener las armas guardadas en casa. Ha habido, sin embargo, una clara división entre los cantones de habla francesa y los de habla alemana. Así, a excepción de Friburgo y Valais, los cantones de lengua franca han aprobado la iniciativa. En cambio en la zona de lengua germana, el rechazo ha sido unánime, con la excepción de la ciudad de Basilea, donde el 58,9% ha apoyado la iniciativa.

La iniciativa Por la protección frente a la violencia de las armas instaba a prohibir que las armas reglamentarias se guarden en casa y obligaba a que éstas permanecieran en unos depósitos de donde sólo pudieran salir cuando su propietario tuviera que asistir a sus tres semanas de servicio militar anual.

LICENCIAS MAS CARAS La iniciativa también pretendía endurecer la posibilidad de obtener una licencia de armas, y abogaba por crear un banco de datos sobre propiedad de armas a nivel federal, dado que actualmente solo existen a nivel cantonal, lo que ha conducido a que haya 26 archivos diferentes sin conexión entre ellos.

La campaña, lanzada en 2007, estaba apoyada por una amplia coalición formada por 80 entidades, desde los partidos de izquierda y los verdes, pasando por algunos miembros de la democracia cristiana, la Iglesia, los colectivos feministas, las entidades de prevención del suicidio y las asociaciones de trabajadores sociales. Cada año, unas 300 personas mueren en Suiza por un disparo por arma de fuego. Además, el país triplica la media europea.

Los partidarios de la iniciativa argumentaban que el acceso constante al arma propicia que en un momento de ira, un maltratador use su fusil contra miembros de su familia, y u suicida lleve a cabo su propósito con relativa facilidad.

De hecho, en el 40 por ciento de los casos de suicidio por arma de fuego se usa el arma reglamentaria.