¿Podemos seguir exprimiendo los recursos de la Tierra hasta el infinito? Este y no otro es el asunto nuclear que planea sobre los debates de la nueva conferencia internacional sobre medio ambiente de Río de Janeiro (Brasil). Aunque técnicamente ya ha empezado la negociación, el miércoles empezará la cumbre política de alto nivel, una cita plagada de buenas intenciones pero de modestas perspectivas, un triste binomio que se repite con frecuencia. La ONU ha convocado la conferencia Río+20 para renovar los acuerdos alcanzados en la misma ciudad 20 años antes en una reunión famosa, la Cumbre de la Tierra, que impulsó iniciativas de gran calado, como la llamada Agenda 21, y sentó las bases de la actual conciencia ecológica. Se espera que de Río+20 surja una declaración final en la que los países participantes, sobre todo los industrializados, se comprometan a reducir la pobreza en el mundo, y los menos desarrollados, a crecer sin malgastar los recursos. Como dijo Ban Ki- moon, el secretario general de la ONU, es necesario un cambio de actitud porque, de lo contrario, la Tierra se encamina hacia el colapso. Quizá en el futuro conozcamos milagrosas energías y entremos en una sociedad del reciclado total, pero lo cierto es que actualmente los habitantes del planeta consumimos cada año 2,5 veces el máximo calculado para que no se agote la Tierra, como explica desde Río el delegado y profesor Josep Xercavins, de la Asociación Proyecto Gobierno Democrático Mundial.

JEFES DE ESTADO La nueva cumbre aguarda a más de un centenar de presidentes y jefes de Estado. No estarán ni Obama ni Merkel, pero sí Hollande, Putin y Rajoy, entre otros. También se espera a 30.000 delegados y representantes de infinidad de oenegés ambientalistas, de ayuda al desarrollo y de defensa de los pueblos indígenas. Muchos participan en una cumbre alternativa llamada Cumbre de los Pueblos.

Más que de medio ambiente, de lo que se hablará en Río es de sostenibilidad y de crecimiento, o incluso de decrecimiento. Por ejemplo, un informe publicado esta semana por la IAP, la red global de academias científicas, insiste en que los países ricos deben reducir o transformar radicalmente sus "estilos de vida insostenibles", mientras que los países en desarrollo deben hacer más esfuerzos para frenar la superpoblación. "No se puede proteger el medio ambiente sin políticas de salud reproductiva", dice. Los científicos lamentan que la cumbre de Río+20 pase de puntillas por dos de las soluciones fundamentales para revertir la pobreza y la degradación del medio.

Se espera que la población mundial pase de los 7.000 millones actuales a los 11.000 en el año 2050. Y en cuanto al consumo, aunque se modere en los países ricos, parece claro que se disparará en el resto, como mínimo en Asia y América del sur. "Es inevitable que muchos países crezcan porque, entre otras cuestiones, ni siquiera tienen hoy en día redes de saneamiento ídice por su parte Xercavinsí, por lo que es obligatorio que nosotros decrezcamos".

Uno de los principales asuntos de debate entre los delegados es si Río+20 asume en su declaración final, y con qué nivel de obligatoriedad, un llamamiento a impulsar la economía verde (una transición hacia una economía más sostenible), según propone Europa. El otro asunto es si la ONU debe dotarse de órganos políticos para dirigir el proceso. Uno de los pasos sería transformar el Programa para el Medio Ambiente en una agencia operativa. Las posiciones de partida son muy distantes. "Por el momento solo hay acuerdo sobre el 20% de la declaración final", según la delegación española.

José Ramón Calvo, profesor de la Universidad de Las Palmas y asesor de Al Gore, se muestra pesimista sobre los acuerdos. "Creo que lo fundamental de estas conferencias es que sirven para mantener encendida la llama de la luchaO. Calvo considera que la sociedad puede erigirse en motor del cambio pero que los lobis no lo ponen fácil. Xercavins explica que, aunque él llegó muy escéptico a Río, las negociaciones a las que ha asistido le permiten ser algo optimista. "Tarde o temprano, no sé cuándo, pero espero que en menos de 10 años, nos daremos cuenta de que estamos en el final de una época", dice.