Plutón, que durante décadas fue el noveno planeta del sistema solar y hoy está relegado a la categoría de planeta enano, mantiene casi los mismos misterios que tenía en 1930, cuando el perseverante joven Clyde Tombaugh lo descubrió en un golpe de fortuna desde el observatorio Lowell, en Arizona. En las mejores fotos, suministradas en fechas recientes por el telescopio Hubble, Plutón no es más que un difuso punto blanco situado en una órbita a 5.700 millones de kilómetros de la órbita terrestre, es decir, a unas 38 unidades astronómicas o UA, la distancia Tierra-Sol. Por este motivo, astrónomos y aficionados aguardan con expectación cualquier dato que pueda enviar a partir de hoy la sonda New Horizons . Tras nueve años de viaje, es la hora de la verdad.

La nave de la NASA llegará a su encuentro más cercano con el antiguo planeta en julio, cuando se situará a unos 10.000 kilómetros de su superficie, pero está previsto que a partir de hoy empiecen las observaciones y los análisis. Los datos tardarán cuatro horas y medio en recorrer a la velocidad de la luz la distancia que separa Plutón de las antenas receptoras en la Tierra.

La sonda, lanzada al espacio el 19 de enero del 2006, ha seguido una peculiar trayectoria hasta Plutón que incluyó un alto en el camino en Júpiter para aprovechar su asistencia gravitatoria. Ello le permitió alcanzar una velocidad de 83.000 kilómetros por hora y acortar un viaje que, de lo contrario, no habría llegado a su destino hasta el 2020. Posteriormente entró en hibernación con el fin de mantener su combustible, y despertó en diciembre.

Plutón es un caso singular entre los objetos del sistema solar por varios motivos, aunque el principal es el hecho de que cuenta con un satélite enorme, Caronte, con el que prácticamente forma un sistema doble. Además, se cree que es un mundo helado con temperaturas de -233 grados, aunque los más optimistas confían en que en su interior pueda haber alguna actividad y temperaturas más benignas. "Quizá haya algún tipo de criovulcanismo, como en Europa", afirma Josep M. Trigo, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona. Es además un mundo oscuro, 900 veces menos brillante que la luz del día en la Tierra.

AVANCES La atmósfera está constituida esencialmente por nitrógeno, como en la Tierra, más metano y monóxido de carbono, pero no oxígeno. "Parece que está perdiendo la atmósfera y ello no tiene explicación", destaca Trigo. "Vamos a obtener un mapa de la composición de Plutón y Caronte, y también tendremos pistas sobre la morfología. Es fantástico", añade.

Plutón es el objetivo principal de la misión, pero no el único. De hecho, lo que hará la sonda es pasar cerca del planeta enano y seguir avanzando hacia los confines del sistema en busca de otros objetos del cinturón de Kuiper, una misteriosa región en la que ya se han descubierto 800 cuerpos en los últimos 20 años.

La NASA esgrime que la nave ha tenido que viajar tan rápido hasta Plutón que ahora, para intentar una maniobra de inserción en órbita, necesitaría reducir su velocidad en un 90%, lo que requeriría más de 1.000 veces el combustible que lleva. "Si nos detenemos para entrar en órbita, ¡no podremos explorar el cinturón de Kuiper!", dice.