Mercedes García y Pilar Bauza, colegas de Médicos sin Fronteras, fueron secuestradas a finales de 2007 en el nordeste de Somalia cuando se dirigían a un centro nutricional que atendía a unos 7.000 niños. Poco ha cambiado desde hace 10 años en Somalia, y lo que lo ha hecho ha sido para peor. Diferentes estudios, uno de Save the Children, señala un aumento alarmante de la desnutrición grave entre niños menores de 5 años. Nuestro estudio señala niveles "muy críticos" de desnutrición severa en dos de los seis distritos más afectados de Somalia, lo que significa un desastre para un país como Somalia, donde una brutal sequía golpea y destruye su débil sistema productivo. Tampoco esto es nuevo, son las mismas zonas y poblaciones que fueron devastadas por la sequía y la hambruna en 2011.

La muerte de estos niños avanza en silencio, el mismo silencio que acompaña a Somalia en nuestro país. No hay debate ni opinión pública sobre lo que ocurre en Somalia. No condiciona el debate político ni social de nuestro país, nos pilla lejos se suele decir. Lejos para cualquier reacción política, bien sea de ámbito nacional o autonómico. Lejos para que hubiera servido para un gesto mínimo en el debate de Presupuestos Generales del Estado. Lejos para que al menos un grupo parlamentario le hubiera preguntado al Gobierno de España sobre sus planes para esta crisis humanitaria.

Ayer precisamente una decisión del Presidente Trump hacía saltar los resortes de la preocupación por un reto global como el cambio climático, precisamente este hecho no está lejos, sino todo lo contrario, de lo que acontece en Somalia. Sequías extremas que están llevando a la muerte de tres cuartas partes del ganado del país. Un país que cuando su escaso ganado muere la desnutrición severa crece exponencialmente entre los niños. Sin agua para la población y para el ganado una rápida vía hacia la muerte se abre.

Desde Save the Children hemos intentando taponar esa rápida vía mortal a través de equipos móviles de salud. Estos equipos están enfrentando ahora un incremento absolutamente sin precedentes de niños examinados que han pasado de la desnutrición moderada a severa del 11% al 26% entre febrero y marzo de 2017.

Cuando Mercedes y Pilar fueron liberadas aquel día de año nuevo de 2008 no sabían que 10 años después de entregar sus vidas por aquellos niños y niñas, seis millones de personas estarían en estado de emergencia en Somalia, de los que la mitad son niños. Tampoco sabían que 10 años después otros 8,3 millones de personas afectadas por la sequía en Kenia y Etiopía estarían en situación similar. Tampoco sabían que Somalia, diez años después, sigue tan lejos de España.