Juana Rivas, que asistió ayer a una vista sobre los posibles daños causados a su expareja y padre de sus hijos, el italiano Franceso Arcuri, después de que rechazara entregarle a los menores y él tuviera que desplazarse a España, afronta el proceso «con fuerza para seguir luchando hasta el final». Rivas declaró antes de acceder al Juzgado de Primera Instancia 3 de Granada que se encuentra «bien, tranquila» y confiada en que «todo salga bien». Ha dicho que afronta el proceso «con fuerza para seguir en la lucha y dar esperanza a muchas mujeres y muchos niños». La vista civil celebrada ayer y dirigida a fijar los posibles daños y perjuicios causados a su expareja, que no ha acudido al juzgado al estar representado por su abogado, tuvo lugar al margen del procedimiento penal seguido contra ella por dos delitos de sustracción de menores, y subsidiariamente por uno de desobediencia de orden judicial.

Precisamente ayer se conoció que, en el marco de la causa penal, el Juzgado de Instrucción 2 de Granada acordó la apertura de juicio oral contra Rivas por los citados delitos. Lo hizo después de que tanto la Fiscalía como la acusación particular, ejercida por su expareja y padre de sus dos hijos, formularan en su día los escritos de acusación provisional. La Fiscalía le pide cinco años de cárcel, además de la inhabilitación especial para ejercer el derecho de patria potestad por un plazo de seis años, mientras que Arcuri solicita la misma pena de prisión, la pérdida de la patria potestad durante ocho años y que lo indemnice con 30.000 euros por daños materiales y morales.