Bélgica y Holanda pusieron ayer en marcha nuevas medidas de precaución por el caso de los huevos contaminados con fipronil, con la retirada de más de 200 referencias de huevos, que, en caso de que hayan llegado a manos de los consumidores, pidieron que se devuelvan a los comercios. La agencia para la seguridad alimentaria belga, Afsca, activó un teléfono de atención al ciudadano y procedió a la retirada de diez referencias, después de que una serie de análisis complementarios revelaran niveles de fipronil considerados «de riesgo».