Alan Turing fue el matemático inglés cuyo talento descifrando códigos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, incluidos los de la máquina Enigma, fue crucial en la victoria sobre las tropas de Hitler. Winston Churchill describió sus trabajos como “la mayor contribución individual para la victoria aliada”. Pero el científico acabó perdiendo el empleo. Murió humillado y deshonrado, después de que en 1952 fuera procesado por homosexualidad y obligado a someterse a un tratamiento de castración química. Dos años más tarde se suicidó con una dosis de cianuro. Tenía 41 años.

Aquella injusticia histórica y la de tantos otros perseguidos en el Reino Unido por ser gay, va a ser reparada ahora. El Gobierno británico promulgará la llamada ley de Alan Turing, con la que se otorgaráperdón póstumo a miles de homosexuales procesados y condenados en el pasado por mantener relaciones consentidas con personas del mismo sexo. Esas relaciones, penadas por la ley de “gross indecency” (‘grave indecencia’), solo dejaron de ser un delito en Inglaterra y Gales en 1967. En Escocia hubo que esperar hasta 1980 y en Irlanda del Norte hasta 1982. En ambos lugares, el proceso de perdón histórico aún no ha comenzado.

SIN ANTECEDENTES PENALES

Con la nueva legislación se eliminarán los antecedentes penales. Será una forma de reparación hacia las víctimas, las que siguen y las que ya no están en este mundo. Pero el perdón no es la fórmula adecuada que reclaman algunos de los que fueron condenados. “Quiero que me pidan disculpas. Aceptar el perdón significa que acepto que era culpable y no era culpable de nada”, declaró a la BBC George Montague, condenado en 1974.

A Alan Turing le fue concedido el perdón real a título póstumo en el 2013, pero quedaban muchos otros, en circunstancias similares. Se calcula que unos 65.000 hombres fueron condenados por homosexualidad, de ellos 15.000 siguen con vida. Afectados y descendientes llevaban décadas pidiendo reparación. En su nombre, representantes de la familia de Turing y de la comunidad gay, presentaron a principios del pasado año, una petición en la oficina del primer ministro, respaldada por 640.000 firmas, solicitando el perdón histórico. Entre los firmantes estaba el actor Benedict Cumberbatch, que encarnó a Turing en la película ‘Descifrando Enigma’. “Es un gran día para todos los condenados por leyes históricas y para sus familias”, ha declarado al diario 'The Independent' la sobrina nieta de Turing, Rachel Barnes. “La ley de ‘grave indecencia’ arruinó la vida de muchas personas. Al igual que Alan Turing recibió el perdón, es absolutamente correcto que todos, con similares condenas, lo reciban también”. La enmienda fue introducida por el miembro de la Cámara de los Lores, el liberal demócrata John Sharkey, quien agradece “el apoyo recibido del Gobierno y de muchos de mis colegas en el Parlamento”.

Los nombres y convicciones de quienes se beneficien de la nueva ley permanecerán en el anonimato, según el Ministerio de Justicia británico. El ministerio ha aclarado sin embargo si el perdón alcanzará a una de las víctimas más famosos de la homofobia, el escritor Oscar Wilde. El autor fue condenado en 1895 a dos años de trabajos forzados en la cárcel de Reading. La prisión victoriana, donde Wilde tuvo que presenciar una ejecución, rinde estos días homenaje al escritor y ha abierto sus puertas al público. Incluso ahora, vacía y silenciosa, el ambiente en aquel lúgubre y opresivo lugar, impone.