El australiano David Goodall, que a sus 104 años es el científico más antiguo del país, tenía previsto iniciar ayer un viaje que terminará en Suiza, donde se someterá a una eutanasia a pesar de no padecer enfermedad terminal. El veterano científico, activista en favor de la legalización de la eutanasia en Australia, indicó que el propósito de su viaje es llegar al país europeo, donde la muerte asistida es legal.

El pasado mes, durante su último cumpleaños, Goodall aseguró que pasaría el resto de sus días haciendo campaña para que se legalice la eutanasia voluntaria en el estado de Australia Occidental, donde reside. El australiano cambió de parecer e inició ayer un viaje sin retorno, cuya primera parada será la ciudad francesa de Burdeos, donde visitará a familiares, para después concluir en la urbe suiza de Basilea. Goodall, cuya condición física y su calidad de vida se han deteriorado significativamente, viajará desde Perth -la capital de Australia Occidental- acompañado por un representante de la oenegé Exit International, en favor de la eutanasia. «Siento que una persona tan anciana como yo debería tener los derechos plenos de un ciudadano, entre ellos el de la muerte voluntaria asistida», remarcó. La eutanasia asistida es ilegal en muchos países y en Australia solamente es legal en el estado de Victoria. Entrará en vigor en 2019 y estará restringida a pacientes terminales en pleno ejercicio de sus facultades mentales y una esperanza de vida de menos de seis meses.