La Policía Nacional ha desarticulado un grupo criminal formado por cuatro personas que obligaban a mujeres a ejercer la prostitución en un piso de Sevilla a las que se les suministraba drogas para que pudieran trabajar más tiempo sin descanso. Una de las tres mujeres liberadas se encontraba encerrada en una habitación, que solo podía abrir el líder de la organización y lo hacía cuando llegaba algún cliente.

La investigación comenzó en marzo cuando los agentes localizaron una vivienda ubicada en el barrio de El Porvenir donde varias mujeres estaban siendo obligadas a prostituirse. El inmueble, que se publicitaba en varias páginas de contactos sexuales por Internet, ofrecía a sus clientes un servicio de veinticuatro horas y una amplia gama de ofertas y de mujeres. El grupo criminal estaba formado por cuatro personas -un hombre y tres mujeres- que actuaban bajo una férrea jerarquía y con división de tareas, con un cabecilla, en el segundo escalón dos controladoras y encargadas directas de la actividad de las víctimas y en el tercero una captadora y colaboradora. Al frente de este grupo criminal había un español que controlaba en todo momento la actividad de la casa.