Un preso de la prisión de Villabona (Asturias), al que los médicos dieron por muerto, recobró el pasado domingo el conocimiento, tras ser trasladado al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia. El preso, Gonzalo Montoya, fue hallado durante el primer recuento del día inconsciente en su celda y en estado «conótico, azul», por lo que los funcionarios alertaron a los servicios médicos, que examinaron al preso y certificaron que presentaba «signos clínicos de muerte», según detallan desde Instituciones Penitenciarias. Tras la valoración médica inicial, se personaron en el centro penitenciario el juez de guardia, la Policía judicial y la médico forense, que fue la encargada de certificar oficialmente el fallecimiento. Una vez en el Anatómico, unas cuatro horas después, el personal comenzó a escuchar ronquidos y comprobaron que el recluso se movía, pese a que ya tenía las marcas de rotulador previas a la intervención de los forenses. Tras la sorpresa, el preso fue trasladado al hospital, en donde ingresó en la UCI y permanece estable. La familia del preso explicó que el recluso había padecido con anterioridad ataques de epilepsia.