La costumbre de enviar fotos del pene, ese fenómeno singular recurrente en las redes, tiene su propia investigación. Un nuevo estudio de la Universidad Southwestern de Texas dice, para sorpresa de nadie, que los hombres son más propensos a enviar imágenes no solicitadas de sus genitales a desconocidos.

Buscan aprobación

Nadie parece saber por qué algunos hombres sienten el deber o la obligación de hacerlo. Tampoco está claro por qué a tantos les confunde que su entusiasmo sea tan rara vez compartido por las mujeres desconocidas a quienes les llegan las imágenes. Lo que sí revela este estudio es que el acoso no es lo único que impulsa a los hombres a fotografiarse el miembro viril. Por cada artista solitario de autorretratos de genitales que trata de acosar a personas desconocidas, hay otros que buscan aprobación o atención.

Existen aquellos para los que ese elemento sorpresa, ese riesgo de meterse en problemas, es parte de la emoción. Pero tal vez hay una explicación más amable. Los selfis genitales son una cuestión de perspectiva. Tal vez, en un nivel subliminal, la humilde foto del pene es la forma de que en algún lugar un extraño pueda ver las cosas, por una vez, desde su punto de vista.

Las mujeres no lo hacen por miedo

Otra revelación de este estudio es que las mujeres son menos propensas a enviar desnudos no solicitados a desconocidos, pese a que, según los encuestados, que lo hagan ellas es significativamente visto como menos ofensivo. Pero no es una cuestión de modales. La desigualdad en el empoderamiento sexual entre hombres y mujeres provoca que estas últimas sean, con mayor probabilidad, castigadas socialmente por tener actitudes eróticas.