La Policía Nacional busca a dos hombres de nacionalidad rumana como presuntos autores de la brutal paliza que recibió este viernes una mujer de 84 años y también rumana cuando dormía entre cartones en un recoveco de la calle Cardenal Cisneros de Madrid, han indicado fuentes policiales.

La principal hipótesis se centra en que los dos agresores conocían que Flor guardaba entre sus pertenencias una cantidad de dinero para viajar junto a su pareja estas navidades a Rumanía. La mujer se resistió al robo de la cartera que llevaba colgada al cuello y por eso recibió la paliza. Finalmente, los dos jóvenes consiguieron el botín y huyeron.

De hecho, los agentes han hablado con la anciana y le han preguntado qué personas, además de su pareja, conocían que llevaba ese dinero encima, para así tratar de arrestar a los culpables. La mujer denunció lo ocurrido el viernes a las 9 horas. Señaló que no conocía a los atacantes y dejó claro que ella mendiga para ayudar a su familia, no por encargo o amenazada por nadie, según han indicado personas cercanas a ella.

Varios policías se habían interesado el día antes por lo que le había ocurriendo, ya que la vieron en la calle con los graves moratones en la cara. De hecho, llamaron al Samur sobre las 11 horas del jueves para que la mujer recibiera asistencia y fuera trasladada al hospital, a lo que se negó.

Flor viaja a Rumanía por navidades

La anciana ha viajado a Rumanía por navidades. Así ha informado Lagarder Danciu, el activista en favor de las personas sin hogar, que ha seguido el caso de Flor tras su agresión. La mujer ha podido marcharse gracias a la ayuda de Samur Social, que ha pagado los billetes, y tras pasar el fin de semana durmiendo en un hotel pagado por Estelada, una persona solidaria con lo ocurrido.

Danciu ha señalado que Flor pasará dos meses con parte de su familia, que también es muy pobre, en Rumanía. De hecho, la anciana ayuda a un nieto enfermo y al resto con lo que puede de lo que recauda en la calle.

Pero su vuelta a España en 2018 va a ser distinta este año, ya que ha aceptado el ofrecimiento de una mujer llamada Alejandra para que viva en su casa, ya que se niega a dormir en un albergue por las malas experiencias que ha tenido en el pasado. Además, el activista explica que ha recibido decenas mensajes de solidaridad con Flor y ha recordado que "existen muchas Flor en las calles de España".