La ikurriña vuelve a ondear en el balcón del Ayuntamiento de Pamplona, al igual que lo hizo el año pasado, pese a las protestas de la oposición y la advertencia de la Delegación del Gobierno en Navarra. El alcalde Joseba Asirón, de EH Bildu, ha justificado su decisión en un informe del propio consistorio, que considera ajustado a derecho que la enseña vasca ocupe un lugar junto a las banderas de Navarra, de Pamplona, la española y la europea.

De esta forma, Asirón ha cumplido su palabra, pues en las últimas semanas ya había anunciado que la ikurriña estaría presente durante el chupinazo de una forma u otra. Veinte minutos antes del lanzamiento, operarios municipales colocaron el quinto mástil en el que sería posteriormente izada la ikurriña, lo que ha provocado la inmediata reacción del delegado del Gobierno, que ha presentado un recurso contencioso administrativo contra la decisión municipal por considerar que es contrario a la legalidad vigente.

Es la segunda ocasión que Joseba Asiron coloca la bandera del País Vasco en el inicio de las fiestas de San Fermín. Se estrenó en 2015, nada más llegar al cargo, para evidenciar el cambio de gobierno en la ciudad tras 16 años con alcaldes de UPN. El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Pamplona dictaminó meses después que se trataba de un «fraude de ley», ya que se había invitado al chupinazo a varios dirigentes del País Vasco para tener un argumento para izar la ikurriña. Ante esta situación, en 2016 se optó por dejar un quinto mástil vacío.

En marzo de este año, el cuatripartito, integrado por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda Unida, derogó en la Cámara foral la ley de símbolos para facilitar la colocación de la enseña vasca en Sanfermines. La oposición, formada por UPN, PSN y PP, que suman 24 de 50 parlamentarios en el Parlamento navarro, se opuso a la decisión y criticó especialmente que no se planteara ninguna propuesta legal alternativa.

Además, la Delegación del Gobierno ha recordado en los últimos días que la derogación de la ley de símbolos, que regula también el himno y el escudo de Navarra, no validaba la izada de la ikurriña. Por su parte, el Consejo de Navarra había expresado previamente que la derogación de esta normativa no era inconstitucional, como reclamaba la oposición, aunque alertó de que podría generarse una «inseguridad jurídica» sobre el uso de los símbolos. Queda pendiente la aprobación de una nueva norma que evite el vacío legal.

El chupinazo, que han lanzado por decisión popular dos voluntarias de la oenegé de ayuda en carretera DYA, Paula Remírez y María Calado, ha llenado la plaza consistorial pero sin llegar a los niveles de años anteriores. La plaza había sido desalojada a las nueve de la mañana por las fuerzas de seguridad para establecer los controles de acceso a la misma, en los que los agentes revisaron las mochilas y bolsas de los asistentes al chupinazo.

El dispositivo sanitario del encierro es otra parte fundamental de los Sanfermines, que este año contarán con 10 puestos médicos repartidos en los 850 metros del recorrido, además de cinco sanitarios de apoyo y 16 ambulancias. En 2016, en los encierros de Pamplona corrieron 16.448 personas, 181 menos que en 2015 (un 1,09% menos), según datos del ayuntamiento pamplonés.