Puerto Rico se movilizó ayer para poner en marcha la reconstrucción de la isla, aún con graves problemas de comunicación en varios municipios y escasez de agua, comida y combustible tras el paso del huracán María, que dejó al menos una docena de muertos. Dos días después de que el ciclón, con categoría 5, la máxima, devastara de sur a norte Puerto Rico, un estado libre asociado de Estados Unidos en el corazón del Caribe, la situación sigue siendo trágica, con un gobierno que todavía no está organizado y con miedo al desabastecimiento.

El director de la agencia local de emergencias y rescate, Abner Gómez, se trasladó ayer personalmente al municipio de Toa Baja para confirmar otras ocho posibles muertes más, aunque de momento oficialmente no están confirmadas. La prioridad ahora es que abran los puertos para recibir la ayuda exterior y que generadores eléctricos alimentados con diésel lleguen a las torres de telecomunicaciones repartidas por toda la isla para restablecer el contacto entre la capital, San Juan, y los municipios.

Al menos 30 personas han muerto en la isla caribeña de Dominica tras el paso del poderoso huracán María esta semana. De los 30 muertos, 15 fallecieron en Pointe Michel, al sur de Roseau, capital de Dominica. El huracán María atravesó Dominica y dejó toda la isla incomunicada, sin luz y sin agua. Pointe Michel está devastada y el 90% de los tejados se perdieron.