“Quien por razones económicas o en nombre de negociaciones no totalmente claras cierra fábricas, empresas y quita trabajo a los hombres, comete un pecado gravísimo”. Con esta contundencia se ha manifestado el papa Francisco, que a medida que avanza en pontificado -el lunes cumplió cuatro años- se muestra más explícito en sus sermones, sobre todo al abordar temas sociales y económicos.

“El trabajo da dignidad y los responsables de los pueblos, los gobernantes, tienen la obligación de hacer todo lo posible para que cualquier hombre y mujer pueda trabajar”, ha dicho el Papa. Al tiempo, ha subrayado que el trabajo permite “llevar alta la frente y mirar a la cara de los demás, con dignidad”.

En el saludo tradicional que los Papa dirigen a los grupos al final de las audiencias de los miércoles en la plaza de san Pedro, Francisco ha citado explícitamente a un grupo de periodistas del canal Sky Italia, amenazados con el cierre de la importante redacción de Roma y su traslado a Milán, lo que conlleva 200 despidos y el traslado forzoso de otras 300 personas.

“Dirijo un saludo especial a los trabajadores de Sky, deseando que su situación laboral pueda encontrar un rápida solución, especialmente para sus familias”, dijo el Papa.

"Levántese, por favor"

Al final de su recorrido por la plaza, Francisco ha protagonizado un curioso fuera de programa, cuando una familia de chinos, con sus banderitas nacionales y la imagen de un Vírgen, se han deshecho en saludos con las manos, genuflexiones e inclinaciones típicament eorientales. “Levántese, por favor”, ha dicho el Papa a la madre de la família que permanecía tirada al suelo de la plaza.

La anécdota se suma a numerosas otras pequeñas circunstancias (exposiciones, conciertos, encuentros, viajes) que se están produciendo en los últimos meses y que, según los vaticanólogos, revelarían que se acerca el monento en que Pekín y el Vaticano reanuden las relaciones diplomáticas, interrumpidas en el lejano 1957.