Patricia Ramírez y Ángel Cruz, padres de Gabriel, comparecieron ayer durante dos horas ante el juez instructor, Rafael Soriano, y declararon en calidad de testigos en el marco de las diligencias que se están practicando encaminadas a esclarecer la muerte violenta del niño a manos presuntamente de la que era compañera sentimental de su progenitor, Ana Julia Quezada.

Ambos acudieron a la Ciudad de la Justicia, donde estaban citados a las 12.00 horas, en coche y por el garaje, y abandonaron las dependencias judiciales de la misma forma poco antes de las 15.00 horas. Estuvieron acompañados en todo momento por los abogados con los que se han personado en la causa como acusación particular, los hermanos Francisco y Miguel Ángel Torres, y antes de comparecer ante el magistrado remitieron un comunicado a los medios de comunicación en el que aseguraban que se enfrentaban «sin duda» a «uno de los días más duros».

Los padres se han personado como acusación particular, para lo que han contratado los servicios del despacho de Francisco Torres, el único de Almería que desde sus orígenes atiende exclusivamente asuntos penales. Torres es uno de los letrados con más experiencia en esta materia penal de la provincia almeriense. El juez Rafael Soriano les ha tomado declaración como testigos por separado y las declaraciones testificales se prolongarán hoy viernes, ya que el magistrado instructor ha citado también en calidad de testigo a la abuela paterna del menor, de 84 años.