El trastorno por videojuegos tendrá categoría de enfermedad mental para la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo de las Naciones Unidas (ONU) lo ha incluido en el borrador de su Clasificación Internacional de Enfermedades relacionándolo con los trastornos por comportamientos adictivos y caracterizándolo como un "patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente" que se manifiesta a través de "un control deficiente sobre el juego" a tres niveles: frecuencia, intensidad y duración. La comunidad científica lleva años discutiendo sobre la posibilidad de que los videojuegos generen trastornos.

Según la OMS, el trastorno también se manifiesta en “una prioridad en aumento dada al juego” que puede llegar a sustituir otros intereses o actividades diarias, incluso cuando se reconocen sus consecuencias negativas. El organismo reconoce la posibilidad de que exista un patrón de comportamiento lo "suficientemente severo" capaz de invalidar al individuo en lo personal, familiar, social, educacional u ocupacional. Este patrón se hace evidente al cabo de unos 12 meses, aunque el período puede ser menor.

JUEGO NOCIVO

Además del trastorno por videojuegos, la OMS también ha incluido la definición de “juego nocivo”, un patrón de juego "que incrementa apreciablemente el riesgo de daño físico o de consecuencias para la salud mental del individuo o de otros alrededor del individuo". Este riesgo depende de la frecuencia con que se juega, el tiempo que se dedica y las actividades que se dejan de lado por jugar. Los patrones de juego nocivo, dice la OMS, "suelen persistir pese a que se pueda tener conciencia del incremento del riesgo de daño para el individuo u otras personas".

Las definiciones pueden sufrir alguna modificación hasta el momento en que se publique el texto final.