Armin, de tres meses de vida, siempre lleva una cinta azul bien sujeta en la muñeca; la pulserita de su hermano gemelo Jean Paul es blanca y a Hans, el tercero de los trillizos, se le identifica por su credencial de tela roja. Sin esas marcas, que no les quitan ni para bañarlos, sus padres, Esther Ribas y Michel Kempf, vecinos de Sant Vicenç de Montalt (Barcelona), no sabrían quién es quién. Ni haciéndoles una determinación de su código genético o tomándoles las huellas dactilares se les podría distinguir.

Los hermanos Kempf Ribas tienen el mismo ADN y sus marcas digitales son idénticas, porque proceden de un único óvulo que al iniciar el embarazo se dividió en tres, y porque se han gestado en una sola placenta, que de forma espontánea se compartimentó separando los cuerpecitos con membranas internas. Esto permitió que cada uno tuviera su líquido amniótico individual y no se produjeran desequilibrios en la formación de los tres cuerpos.

La gestación de los Kempf constituye una rareza en la medicina que trata la fecundación humana: es la segunda vez en la historia hospitalaria de Cataluña que se produce un parto de trillizos surgidos de una gestación monocorial y triamnótica. La primera fue en 1999.

Apenas un 2% de los embarazos múltiples dan lugar a un parto de trillizos genéticamente idénticos y, de estos, otro 2% lo hacen dentro de bolsas amnióticas individuales dentro de una sola placenta.

En Europa se sabe de dos nacimientos similares, uno en 1995, en Francia, y otro, el pasado día 6, en Austria.