La violencia física o sexual contra las mujeres es en España del 12,5%, casi la mitad que en la Unión Europea, donde la incidencia llega al 22%. Es uno de los resultados más sorprendentes de la Macroencuesta Violencia contra la mujer 2015, que ha elaborado el ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas y cuyo avance ha presentado este mediodía en Madrid.

El ministro de Sanidad, Allfonso Alonso, ha subrayado la mejoría de algunos datos y ha puesto en relieve la importancia de implementar políticas públicas para sensibilizar a la población. "En los últimos cuatro años se ha conseguido avanzar porque hay mas mujeres que han conseguido salir de esa situación. Merece la pena seguir apostando y considerar la lucha contra la violencia machista la prioridad de todos», ha destacado.

En esta línea, la delegada del Gobierno par la violencia de género, Blanca Hernandez, ha insistido en que en España existe una lucha contra el machismo mucho más acentuada que en otros países de la UE y que este puede ser el resultado de las campañas de sensibilización. «El 016 lleva 8 años funcionando, y en Alemania solo 2», ha puesto como ejemplo Hernández, que ha explicado que el Gobierno noruego se ha puesto en contacto con el Ejecutivo español para recibir asesoramiento legislativo en una ley de violencia de género.

Desglosada por conceptos, el 10,3% de las mujeres españolas dicen haber sufrido maltratos físicos, frente a 20% de la UE, mientras que en cuanto a agresiones sexuales España se sitúa un punto por encima (8,1% frente al 7%). Las mujeres españolas tienen una prevalencia del 25,4% en cuanto a psicología de control por parte del maltratador, cifra que en la UE llega al 35%.

Según el estudio, las mujeres que han conseguido librarse de la violencia machista ha aumentado en cinco puntos y ha pasado del 72,4% al 77,6% desde 2011 a la actualidad. A pesar de ese avance, el estudio sigue lanzando datos alarmantes. El 67,7% de las mujeres que sufren violencia machista no denuncia a su agresor. Principalmente no lo hacen por una infravaloración de los hechos, por miedo y por vergüenza. En cambio, en los casos en que la víctima denuncia, rompe la relación en la mitad de las ocasiones.

Otros indicadores que preocupan a los investigadores es el aumento del control ejercido en las chicas más jóvenes y el hecho de que el 63% de los hijos haya presenciado el maltrato.