Un hombre de 44 años murió el pasado sábado por la tarde en Viveiro (Lugo) por dos picaduras de una avispa velutina, según informó el Centro Integrado de Atención de Emergencias 112 de Galicia. El fallecido, que era alérgico a las avispas, estaba desbrozando maleza en una finca de la Rozada cuando le atacó el insecto, conocido también como avispa asiática y como avispa asesina, no porque tenga más peligro que otras para los humanos, sino porque mata y devora a las abejas autóctonas. El suceso tuvo lugar en torno a las seis de la tarde del sábado y fue el acompañante del fallecido quien dio la voz de alarma a los servicios de emergencias. Esta persona alertó de que su compañero, que era alérgico a las avispas, se encontraba inconsciente tras ser picado por una velutina. Desplazados al punto, los especialistas de Urgencias Sanitarias 061 no pudieron hacer nada por la vida del hombre, que falleció en el lugar.

ESPECIE EN EXPANSIÓN / La avispa asiática, que está diezmando gravemente a las abejas, se detectó por primera vez en España en el 2010, procedente de Francia, y en el 2016 acabó por colonizar el norte del país. En los últimos tiempos ha llegado también a Cataluña. La semana pasada se localizó por primera vez en el Baix Llobregat, en un contenedor de basura de Vallirana, y este pasado viernes los agentes rurales confirmaron la presencia de un panal en el mismo centro de la capital catalana. Estas avispas miden entre 2’5 y 3,5 centímetros, según sean obreras o reinas, y se distinguen por tener las patas, la parte del abdomen y una parte de la cabeza de color amarillo. «El efecto de su picadura es el mismo que al de una avispa tradicional, con atención especial a los alérgicos, a los que les podría producir un fuerte brote, pero la prevención es la misma», sostiene el agente rural Alfred Vázquez. «Es demasiado tarde para erradicarla por completo, pero sí debemos evitar que progrese mucho más», considera Sandra Rojas, investigadora de la Universidad de Vigo que trabaja en el desarrollo de métodos de contención para el insecto. En Galicia, una de las zonas más afectadas, se detectaron y eliminaron el año pasado unos 6.000 nidos, frente solo 16 en el 2013, la mayoría en zonas costeras. «Se ha perdido el 30% de la cosecha de miel», añade. Y una situación similar se sufre en el País Vasco, sobre todo en Guipúzcoa, donde se han detectado nidos incluso en entornos urbanos. También está afectando de forma incipiente a las cosechas de uva, pera o manzana, puesto que los adultos de avispa devoran el polen. «No se atajó muy al principio y esto es lo que ahora tenemos», lamentan los afectados y los expertos en insectos.