Benjamin Bradlee, el director que convirtió 'The Washington Post' en el diario de referencia mundial que es hoy e hizo historia con el 'caso Watergate', ha muerto este martes en su casa de Washington D.C. a los 93 años por causas naturales, según ha informado el diario al que dedicó la mayor parte de su vida.

Bradlee, que padecía desde hacía años alzhéimer y demencia, vivió su época dorada como director del Post entre 1965 y 1991 y pasará a la historia como una de las figuras centrales del escándalo del 'Watergate', que provocó la dimisión del presidente de EEUU Richard Nixon. Con el 'caso Watergate', del que Bradlee coordinó la cobertura informativa, el Post dio un paso más en su consolidación como uno de los grandes diarios, gracias a la habilidad y persistencia de los periodistas que investigaron el caso, Carl Bernstein y Bob Woodward.

Sus revelaciones sobre el espionaje al Partido Demócrata condujeron a la única dimisión presidencial de la historia de Estados Unidos: la de Richard Nixon en 1974.

EL PERIODISMO, BIEN PÚBLICO IMPRESCINDIBLE

"Contó historias que necesitaban ser contadas, historias que nos ayudaron a entender nuestro mundo y a nosotros un poco mejor. Los estándares de honestidad, objetividad y meticulosidad que estableció animaron a muchos a entrar en la profesión", ha señalado el presidente de EEUU, Barack Obama, en un comunicado tras conocer su fallecimiento.

"Para él el periodismo era más que una profesión, era un bien público imprescindible de nuestra democracia", ha añadido Obama, que el año pasado honró a Bradlee con la Medalla de la Libertad, el más alto mérito civil reconocido en EEUU.

EN EL 'POST' DESDE 1965

Bradlee se hizo cargo de la dirección del Post en 1965, dos años después del suicidio de Phil Graham, marido de Katharine Graham, que desde entonces hasta 1979 estuvo al frente de la empresa que había creado su padre.

Aún en presencia de Katharine Graham, Bradlee mantenía su estilo brusco, los pies encima de la mesa y las palabras malsonantes que le hacían temible en la redacción. Bradlee impuso de inmediato disciplina en la redacción, cambió estilos y elevó la calidad con la contratación de nuevos valores.

Su primera gran prueba llegó con la publicación de los documentos del Pentágono sobre la guerra de Vietnam que revelaban algunos de los desastres del conflicto y la convicción entre los militares de que era una contienda perdida. A Bradlee no le costó mucho convencer a Graham de la necesidad de publicar los documentos del Pentágono. Para ambos fue una prueba difícil por las presiones recibidas.

Durante su época al frente del 'Post', Bradlee duplicó su nómina de empleados hasta alcanzar los 600 trabajadores y el presupuesto dedicado a la información se incrementó de tres a sesenta millones de dólares. En los últimos 23 años con él al frente, la tirada del diario pasó de 446.000 ejemplares.