Las protestas contra la privatización de la sanidad madrileña no remiten. Miles de personas, 60.000 según los organizadores, 6.000 según la policía, volvieron a recorrer ayer el centro de Madrid. Era la décima marcha contra un proyecto que está más cerca de hacerse realidad.

Una vez concluida, la marea blanca leyó un comunicado en el que se reafirmó en el recurso que próximamente presentarán a los pliegos de condiciones de lo que la Administración autonómica denomina "externalización de la gestión" de siete hospitales y 27 centros de salud. En el manifiesto se critica que el gobierno de Ignacio González no aporte "razones que justifiquen" sus planes, mientras todos los datos confirman que la privatización "empeora el servicio que se presta, rebaja la calidad y encarece los costes".

La nueva manifestación se produce una semana después de conocerse los datos del plebiscito ciudadanano sobre la privatización en el que casi un millón de madrileños se pronunciaron a favor del "cese inmediato del desmantelamiento". El consejero de Sanidad y adalid de la reforma, Javier Lasquetty, lo calificó de "parodia". "Una parodia es lo que hicieron los anteriores consejeros al vender los laboratorios para luego estar en las juntas directivas de las empresas privadas", le respondió ayer la marea blanca.