La planta lleva una especie de escafandra, como si fuera el atrezo de una nave espacial. Este tiesto futurista está conectado a un ordenador. “Buenos días”, teclea una mujer de buena mañana. Un par de segundos después, la planta escupe un papel a lo caja registradora: “Todo bien. Qué temprano esta mañana…”. Sí, es un invento para irse por las ramas literalmente: es el primer traductor planta-humano.

El proyecto se llama Florence. Hace un año que trabaja en él un equipo de Microsoft Research, liderado por Helene Steiner, 27 años, diseñadora/investigadora con base en Cambridge. “Lo que me interesa es utilizar la tecnología como mediadora entre la naturaleza y los hombres”, explica. “Mi meta -añade- es encontrar formas de tender puentes entre el medioambiente y nuestro mundo tecnológico. Eso nos puede conducir a sistemas agrícolas mássostenibles”.

La naturaleza -describe en su web- tiene su propio lenguaje. “Utiliza señales electroquímicas para comunicar sus necesidades”. Y estas respuestas -añade la investigadora- pueden captarse con la ayuda de electrodos conectados a las plantas. “Esto da la oportunidad de crear una conversación rudimentaria con nuestro medioambiente”.

El humano de turno teclea un texto en el ordenador y este se traduce en una serie de pulsos de luz. La planta reacciona con señales eléctricas y Florence convierte esta respuesta en frases. La planta conversa como si estuviera en una peli de Pixar: “Tengo sed”. “¿Qué hay de comer?”. “Déjame en paz”. Es decir, que a partir de ahora será posible que cualquier arbolito te deje plantado.