Un año más, la bandera arcoiris se ha desplegado por Madrid para celebrar el día del Orgullo Gay, manifestación reivindicativa y lúdica que este año cumple su 40 aniversario y que ha puesto el acento en las personas transexuales, uno de los colectivos que más marginación laboral y social sufre (la semana anterior, Barcelona había dedicado su cita al colectivo LGTBI refugiado). ‘Conquistando la igualdad’ es, precisamente, el lema de la marcha, en cuya cabecera se han situado políticos como el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, habitual en las manifestaciones a favor del colectivo LGTBI, y la responsable de Sanidad, Carmen Montón. Ambos dirigentes han dejado claro que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez apuesta por los derechos y las libertades para construir una sociedad “más cohesionada y más pacífica”. El primer paso para erradicar prejuicios -han concluido- es la educación desde la infancia.

También Albert Rivera (Ciudadanos) ha querido estar presente entre la multitud y, de paso, vender las virtudes de la ley que su partido presentará en breve para regular la gestación subrogada. Mientras, Íñigo Errejón (Podemos) ha pedido vivir en un mundo en el que nadie pase miedo por su condición sexual. Al contrario de lo que ocurrió en 2017 (cuando se celebró el Orgullo a nivel internacional en Madrid) el PP no ha estado formalmente invitado por los organizadores para estar en la primera línea de la manifestación. El consejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad (en manos del PP), Jaime de los Santos, ha restado importancia al veto y ha dejado claro que a la cita han acudido miembros del partido.

Policías, deportistas y empresarios

Si hace 40 años las calles de Madrid vieron cómo unas 7.000 personas se manifestaban para que los homosexuales dejara de ser considerados seres enfermos y peligrosos, ahora son centenares de miles venidos de toda España y del extranjero (un millón según los organizadores) los que piden, con determinación y humor, igualdad de trato para lesbianas, gais, transexuales e intersexuales. Entre los manifestantes había policías, deportistas, empresarios y creadores culturales, como Javier Calvo y Javier Ambrossí (autores de 'Paquita Salas', serie de televisón con carroza propia). “Todos somos raros” y “amar no es delito” son algunas de las consignas más coreadas en la manifestación, colofón de una semana de actos que implica un impacto económico en la ciudad cercano a los 200 millones de euros.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha confesado entre risas que no recuerda bien si estuvo en aquella primera manifestación hace 40 años. “Probablemente sí”, ha asegurado tras dejar claro que hoy, en 2018, siguen siendo necesarias políticas de apoyo para fomentar la tolerancia con el colectivo LGTBI. "En democracia no se puede excluir a nadie", ha sentenciado completamente emocionada. "Ames a quien ames, Madrid te quiere. Las caricias, la dulzura y la felicidad deben ser para todos y todas. Sois el orgullo de esta ciudad", ha continuado la regidora.

Tras la manifestación, y la posterior lectura de manifiesto, el Orgullo Gay desplegó todo su colorido con el desfile de más de 40 carrozas, inudadas por pistolas de agua de juguete para refrescar a los manifestantes (la temperatura es superior a los 30 grados) y en las que ha habido cabida para todo tipo de reivindicación, incluida la lucha contra la “plumofobia”.