Apunto ya de graduarse la primera promoción de estudiantes del plan Bolonia, con el que, en teoría, medio centenar de países europeos han armonizado sus sistemas universitarios, la duración de las carreras en España amenaza con convertirse en uno de los caballos de batalla de la reforma universitaria que prepara el Ministerio de Educación. El debate, que algunos consideran cerrado en falso desde el 2007, se ha reavivado tras la reciente conclusión de un informe encargado por el ministro José Ignacio Wert a un grupo expertos, que culpa de muchos problemas a la adaptación de los estudios superiores, muy distinta a cómo se está desarrollando en el 90% de los países europeos.

Los sabios de Wert, frente a una acusada división de opiniones entre rectores y sindicatos, piden que España deje de ser el cuarto país, junto a Chipre, Turquía y Eslovenia, que está impartiendo grados de cuatro años y másteres de uno (lo que se conoce como modelo 4+1). El resto de las universidades europeas ha adaptado sus títulos a tres años de grado y dos de máster (3+2), entre otras razones para dar mayor protagonismo a la especialización, facilitar la homologación de títulos y promover la movilidad de los estudiantes.

REFORMA NO TRAUMATICA

"Además de alejarnos de la mayoría de los países europeos, el modelo 4+1 ha planteado problemas especialmente en las enseñanzas técnicas y el reconocimiento de las titulaciones", apunta el informe. Proponen que se haga un balance de la adaptación a Bolonia y se aborde una reforma "no traumática" hacia el 3+2 de forma que ambos modelos puedan convivir durante un tiempo.

"Todas las aportaciones están siendo objeto de estudio. Habrá que evaluar los resultados de otros países que tienen 3+2 y, a partir de ahí, se tomarán decisiones", explica un portavoz del departamento de Wert. No obstante, Federico Morán, secretario general de Universidades del ministerio, ha apuntado ya alguna vez (lo hizo en su anterior etapa de director general de Política Universitaria) la posibilidad de sacar un catálogo con 100 o 150 titulaciones y que "las universidades que quieran empiecen a aplicar los tres años". Lógicamente, las que se han incorporado correctamente al plan Bolonia no tendrían que hacerlo.

"La decisión de 4+1 se tomó sin consenso y sin un debate generalizado no solo en la universidad sino en la sociedad", recuerda Carlos López Cortiñas, secretario de FETE-UGT. "No veíamos mal homogenizarnos con el resto de Europa ni lo descartamos ahora, aunque sería más problemático", subraya. Julio Serrano, responsable de universidades de CCOO, asegura que este punto de la reforma en la que trabaja Wert "es poco serio" y "generará inestabilidad en un sistema de 4+1 que no se ha consolidado".

EN CONTRA Contraria al cambio, la presidenta de la Conferencia de Rectores Españoles, Adelaida de Calle, advierte que en los últimos años las universidades han estado sometidas a modificaciones significativas para adaptarse. "Lo que necesitan es estabilidad normativa y una financiación acorde. Modificar la duración de los estudios no sería prudente ahora", afirma.

El Sindicato de Estudiantes denuncia improvisación y aunque lamenta lo mal que, en su opinión, se está aplicando el plan Bolonia, cree que es preferible mantener el actual sistema. "El 3+2 tiene afán recaudatorio, pues el sistema de préstamos-beca del ministerio no funciona correctamente y las ayudas para el máster resultan insuficientes".