La confesión de Ramona Maneiro, que reconoció el lunes haber ayudado a morir al tetrapléjico Ramón Sampedro, ha desatado la reacción de parte de la familia del fallecido, que no ha dudado en calificarla de "asesina".

La ex compañera sentimental de Sampedro y la cuñada de éste, Manuela Sanles, polemizaron ayer en el programa de Ana Rosa Quintana, en Tele 5, sobre la muerte del tetrapléjico gallego, de la que hoy se cumplen siete años. Ramona insistió en que suministró el cianuro a su compañero por amor, mientras que la familia del fallecido, indignada, replicó que "todo el mundo sabía que ella era la asesina y, si ahora ha dicho la verdad, habrá sido por dinero o para hacerse famosa".

La respuesta fue inmediata. Maneiro, que dijo sentirse "muy tranquila", aseguró no haber cobrado "ni un euro" por hablar de Sampedro.

La crispación fue subiendo de tono. "Espero que el dinero le sirva para pagarse la caja", insistió la cuñada del tetrapléjico, que admitió que Sampedro había pedido a la familia ayuda para morir pero que ellos fueron incapaces de dársela porque "le querían". La cuñada de Sampedro insistió en que ellos pretendían luchar por "la eutanasia que él quería, no la que le dio Ramona Maneiro".

"UN CRIMEN VERDADERO" La antipatía que la familia siente hacia Maneiro tiene su origen en el momento en el que el tetrapléjico decidió irse a vivir con Ramona, después de permanecer 30 años bajo los cuidados familiares. "Jamás en la vida perdonaré a esa mujer. Para mí siempre será la asesina de Ramón", dijo Sanles. "Si la pudiera ver muerta, ahorcada, como ella ahorcó a Ramón, yo le haría lo mismo", añadió. José Sampedro, hermano del tetrapléjico, insistió en que la muerte de Ramón fue "un crimen verdadero". "De amor nada. Por amor no se mata a una persona", apuntó.

Maneiro, en una respuesta pausada teniendo en cuenta las durísimas acusaciones, insistió en que, con su confesión, pretendía reabrir el debate de la eutanasia. Realmente, lo ha conseguido. El obispo de las localidades gallegas de Mondoñedo y Ferrol, José Gea Escolano, hizo ayer un alegato contra la eutanasia con idénticos argumentos a los que utilizó el hermano de Sampedro para criticar la confesión de Maneiro. "No es el amor lo que prima cuando se suprime o ayuda a suprimir la vida de otra persona, sino al contrario, hay que darle cariño y ayudarle", dijo el religioso gallego, que recordó el mandato del Papa de respetar el derecho a la vida como el más preciado.

El presidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente, Salvador Pániker, aseguró que la confesión de Maneiro ayuda a desdramatizar el polémico asunto. "Nosotros siempre hemos luchado para que se saliera de la clandestinidad", apuntó Pániker, que agregó que el debate social generado por el caso puede conducir a la futura aprobación de una ley sobre la eutanasia.