Noelia Fernández, miembro de D-Recerca, una de las asociaciones convocantes de las protestas, lo tenía claro: "Los científicos no solo tenemos un problema, como ya sabe todo el mundo, sino que cada vez nos tratan peor". El último ejemplo fue ayer: tras recorrer varias calles de Madrid, los manifestantes tenían previsto entregar en el Ministerio de Economía y Competitividad un sobre con las 45.000 firmas recogidas en apoyo a sus propuestas, la llamada segunda Carta Abierta por la Ciencia , pero ni el ministro Luis de Guindos, ni su colega y secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela, ni representante alguno los recibió. Así que optaron por colgar el sobre en una reja del edificio.

El desplante de ayer en Madrid se suma a la decisión de los propios Carmen Vela y Luis de Guindos de dar vía libre este mes a la convocatoria del Plan Nacional de Investigación, es decir, el dinero público --104 millones de euros-- del que dispondrán los investigadores para sacar adelante sus proyectos hasta el año 2016. Los investigadores, que se manifestaron por el centro de la capital española bajo el lema Sin ciencia no hay futuro , fueron entre 5.000 y 10.000, según las cifras aportadas por las asociaciones convocantes.

La protesta se desarrolló simultáneamente en una veintena de ciudades. En Barcelona, unas 300 personas se congregaron junto a la facultad de Biología de la UB y, tras la leer la segunda Carta por la Ciencia, corearon distintos lemas y cortaron durante cinco minutos la Diagonal.

"Nos sentimos huérfanos en el Ministerio de Economía. Estamos en manos de gente que desprecia la ciencia", clamó Carlos Andradas, presidente de la Cosce (Confederación de Sociedades Científicas de España), ante a un abarrotado salón de actos del CSIC en Madrid, donde se leyó la carta. "El problema es que trabajaremos en otro país y todos los proyectos, la financiación y los avances que se obtengan se quedarán allí", apostilló José Manuel Fernández, miembro de la Federación de Jóvenes Investigadores. Desde allí, algunos vestidos con camisetas rojas y portando pancartas en las que se podía leer Si se destruye nuestra ciencia, se destruye nuestro futuro y Más investigación, menos corrupción , partieron hacia el ministerio.

Los científicos pidieron coherencia en la política de recursos humanos para atraer y retener talento, así como el lanzamiento de la Estrategia de I+D+i que permita cumplir el compromiso de llegar a una inversión del 2% del PIB antes del 2016. Además, reclamaron la creación de la Agencia Estatal de Investigación y una negociación que lleve a un acuerdo que proteja la I+D+i de los vaivenes económicos y, sobre todo, políticos.

En el acto intervinieron dos jóvenes investigadores, una de ellas, Amaya Moro-Martín, quien en enero parte a EEUU para trabajar: "Hay que evitar el desmantelamiento del sistema público de I+D+i", subrayó. También acudieron representantes socialistas, entre ellos la portavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez, quien criticó "el retroceso histórico" que se ha producido en la inversión, y advirtió de que "sin investigación no se sale de la crisis".

OTRAS CIUDADES En Valencia los investigadores se concentraron ante la Estación del Norte y exigieron una estrategia consensuada entre Gobierno, partidos y científicos para diseñar una salida a la crisis basada en la ciencia (la carta también pide un pacto de estado). En el manifiesto leído al final, denunciaron que las inversiones en investigación pública se hayan reducido un 40 % desde el año 2009.

En Oviedo, los organizadores quisieron simbolizar el inicio de la marcha desde la estatua El Viajero, de Eduardo Urculo, como metáfora de la diáspora de investigadores que se está produciendo. En Granada se movilizaron ante la Facultad de Ciencias, donde la vicerrectora de Política Científica e Investigación, Dolores Suárez, declaró que los recortes en ciencia pueden hacer retroceder a España 30 años.