En la constelación del Cisne y a unos 500 millones de años luz de la Tierra las observaciones del telescopio orbital Kepler y los análisis de los telescopios Keck y Géminis han confirmado la existencia de un planeta que podría ser habitable, según los científicos. En una teleconferencia de la agencia espacial estadounidense NASA, el científico del programa de exploración de exoplanetas Douglas Hudgins explicó que el planeta descubierto orbita la estrella enana Kepler-186 un poco más fría que el Sol y al cual se ha denominado Kepler-186f. El Kepler-186f es el quinto planeta y el más alejado de Kepler-186 en un sistema de cinco planetas, todos con tamaño casi terrestre. La intensidad y el espectro de radiación de la estrella coloca al Kepler-186f en la zona estelar habitable, esto es que, si el planeta tuviese una atmósfera y agua en su superficie, como la Tierra, ese agua probablemente exista en forma líquida.