La catalana Lidia Reyes, la mujer más tatuada de Europa, 'se ha hecho un Mila Ximénez', pero en plan 'extreme' multicolor. La de Mataró, de 32 años, no se ha pespunteado el rostro con hilos de oro ni se ha puesto bótox, ni tan siquiera se ha recogido las arrugas en un moño en el cogote, la 'chica de mirada fucsia' no busca aparentar menos edad, pero sí necesita desesperadamente más centímetros de piel. Cuando se tiene casi el 90% del cuerpo lleno de letras, dibujos, números, la esquela de tu madre, la cabra de satán o la caca de Arale (aún no se ha tuneado ni los genitales ni el cielo de la boca, pero no se descarta) y se ansía el Guinness Mundial -actualmente la mujer más tatuada del mundo es la mexicana María José Cisterna, con el 98% del cuerpo decorado-, hay que echar mano de imaginación para conquistar nuevas parcelas dérmicas. Lidia Reyes quiere seguir escribiendo su diario vital en sus propias carnes.

Lleva más de 15 años chutándose tinta de todos los colores. En su gran mayoría, los pigmentos llevan derivados de metales: la tinta roja lleva sulfuro de mercurio, cinabrio o carmín; la negra, carbón y/o fenol; la amarilla, cadmio; la azul, sales de cobalto; la verde, cromo; la violeta, magnesio; la marrón, óxido férrico, y la blanca, titanio u óxido de zinc. Y desde principios del 2017 ha iniciado un 'lavado de cara'. Pero solo es temporal.

"Aburrida" de su cara

La idea de Reyes es dejar solo el 10% de los tatuajes del rostro, y poder volver a empezar de nuevo. "Me he aburrido de este aspecto y quiero cambiar", dice. "Tengo en mente hacerme un tatuaje [cuenta, mientras se señala la frente] con alguna palabra que aún no he decidido", explica en el vídeo que acompaña estas líneas. Se refiere esta madre de dos niñas, de 13 y 3 años, al espacio que le ha quedado libre tras difuminar de su frente la inscripción "'Open your eyes'" y un diamante de muchos quilates.

'Piercings', dilataciones y 'eyeball'

Tras meses de borrado, Reyes acaba de compartir con sus fans de Instagram (20.500) su 'Antes' y 'Después'. "Mucho mejor", le jalean algunos, "Tú siempre serás guapa", le escriben otros, "Quítate los 'piercings' de los mofletes", le aconsejan también. Y es que Lidia no solo es la reina del tatuaje del viejo continente, también sabe de dilataciones y se ha hecho el 'eyeball tatto' (tuvo que ir a Suiza a inyectarse tinta en los globos oculares porque en España es ilegal). En principio, tampoco están bien vistas las lenguas viperinas, 'literalmente', pero ella se ha rajado la suya y ahora cada punta se mueve independientemente como si tuvieran vida propia. Y no descarta seguir con más cambios: está pensando en ponerse las orejas puntiagudas como un elfo.

Láser de zafiro y titanio

Reyes se ha puesto en manos de la clínica Tufet de Barcelona, especializada en borrar tatuajes a golpe de láser. El suyo es un Picoway, que por lo visto es lo más para eliminar toda clase de tintas y 'tatoos' "recalcitrantes". El láser de zafiro y titanio atraviesa la piel sin lesionarla. "Al chocar con la tinta, esta se fragmenta en pequeñas partículas que son absorbidas por las defensas y así se facilita la eliminación a través del sistema linfático", promete el centro, que asegura una recuperación "en 24 horas". Las tarifas van por cm2. Un dibujito de 5x5 centímetros, por ejemplo, serían unos 600 euros a repartir en cinco sesiones.

"Soy una persona normal con tinta en el cuerpo", se define Lidia Reyes, que acaba de venir como estrella invitada de la 3ª Málaga Tattoo Convention, que se celebró el pasado fin de semana. Allí mismo se hizo su último grabado (de cuello para abajo, claro). "Esto es adictivo, y quien diga que no, miente", asegura. "Cuando empiezas con uno ya no paras", explica la 'youtuber', que también ha hecho sus pinitos en la tele, como el especial 'Halloween' del año pasado de 'First Dates'.