El barrio madrileño de Lavapiés está experimentado un gran auge en cuanto al turismo en el último año no sin polémica, ante la proliferación de visitantes por el alquiler de viviendas turísticas, una alternativa de alojamiento que está suscitando encarecimiento de precios, quejas entre el sector hotelero y entre los vecinos.

Ubicado en pleno centro de la capital española y con una gran oferta multicultural, Lavapiés es reclamo cada vez más para turistas nacionales e internacionales que deciden pasar su estancia en una casa arrendada antes que en un hotel, con el objetivo de vivir una experiencia más cercana.

Sin embargo, no todo son ventajas, el encarecimiento de las viviendas está obligando a muchos de los vecinos a marcharse a una zona menos céntrica o más barata, dejando a los comerciantes sin sus "mejores clientes", según afirma la gerente de la Asociación de Comerciantes de Lavapiés, Irene Serrano. Serrano asegura que no les da miedo que el barrio pueda llegar a masificarse, pero que sí les asustaría que los vecinos tengan que marcharse a causa de la "subida excesiva del precio del alquiler y la poca oferta de pisos por las viviendas de uso turístico".

"Estamos advirtiendo en los últimos meses que hay poca oferta de pisos de alquiler porque sus propietarios prefieren alquilarlos para estancias vacacionales cortas. Nos encanta que vengan los turistas a pasar unos días al barrio, pero no queremos que nuestros vecinos se tengan que marchar así que, si hubiera una mayor regulación, conseguiríamos ambas cosas y todos estaríamos felices", agrega. No obstante, sí celebra "muy positivamente" que con la llegada del turismo, Lavapiés "se haya liberado de ciertas etiquetas que lo tachaban de peligroso", además de que el tejido comercial se esté "revitalizando" y abriendo nuevos "comercios de calidad y muy atractivos regentados por gente joven".

FOCO DEL TURISMO

En este sentido, el director general de Turismo de la Comunidad de Madrid, Carlos Chaguaceda, defiende que hay que tener "la suficiente inteligencia para controlar un poco la actividad", pero que "no hay que demonizarla ni convertir en sospechoso a todo aquel que quiera destinar su vivienda al uso turístico, porque es un derecho de una propiedad privada". "Que los centros de las ciudades se han convertido en el foco de atracción del turismo, es una evidencia internacional, pasa en todo el planeta, pero no solo en alojamiento, sino también en todo lo que se refiere a la hostelería, a las terrazas...", subraya Chaguaceda.

De este modo, explica que, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), en 1950 había 22 millones de turistas y en 2017, 1.600, los cuales "todos quieren viajar, conocer y disfrutar". "¿Adónde vamos cuando viajamos? Al lugar donde se concentran los recursos turísticos que nos atraen, y eso suele estar en el centro de las ciudades", apunta. "Esta es la parte con la que tenemos que aprender todos a convivir, pero una vivienda de uso turístico no es necesariamente negativa ni sinónimo de problemas", concluye.