La pobreza, la enfermedad y la degradación ambiental amenazan directamente la estabilidad mundial. Así de contundente se pronuncia el informe Signos vitales 2003 elaborado por el Worldwatch Institute de Washington y que ya ha sido editado en castellano. Esta prestigiosa institución independiente, que logra que sus informes estén en la mesita de noche de todos los líderes mundiales, facilita anualmente un documentado retrato sobre el estado del planeta.

El informe considera que los 11 millones de niños que han perdido a su padre o a su madre por culpa del sida, los 14,4 millones de personas que mueren cada día por enfermedades infecciosas y los 12 millones de refugiados existentes son nítidos indicadores de un mundo en el que el sufrimiento se dispara.

Mientras la economía mundial ha crecido siete veces desde 1950, la desigualdad en la renta per cápita entre los 20 países más ricos y los 20 más pobres se ha doblado desde 1980. "La incapacidad para reducir los niveles de pobreza contribuye a una inestabilidad que se expresa en el terrorismo, la guerra y las enfermedades contagiosas", afirmó el director del proyecto Signos vitales , Michael Renner. "Un mundo inestable --añadió-- no sólo perpetúa la pobreza, sino que amenaza la prosperidad que ha logrado la minoría rica".

Los datos que maneja el Worlwatch son escalofriantes. 815 millones de personas --mayoritariamente del sur de Asia y del Africa subsahariana-- pasan hambre constantemente. La mayor parte de los cereales no se venden para la alimentación de las personas hambrientas, sino para el ganado. Y en los países industrializados se consume tres veces más carne que en los pobres. El informe advierte que la economía "se gestiona contra los intereses de los pobres". Así, se recuerda que los 300.000 millones de euros (49,8 billones de pesetas) anuales que los países ricos dedican a la agricultura logran abaratar los productos entre un 20% y un 50% por debajo del coste de producción, en perjuicio de los agricultores pobres que ya no pueden competir.

Esta dinámica conlleva que en algunos países --el informe cita a México, Perú y Colombia-- los agricultores apuesten por cultivos de opio, coca o cánabis, más competitivos.

ENFERMEDADES Y GUERRAS

Pobreza y enfermedad son primos hermanos. El índice de mortalidad infantil en la zona pobre del planeta es 13 veces superior al de la zona rica. La falta de agua potable, alcantarillado, medicamentos y alimentos propician enfermedades infecciosas que matan, todos los años, al doble de personas que el cáncer. Y sólo el 4% de los infectados por sida de los países pobres tiene acceso a medicación (el 70% de los seropositivos viven en el Africa subsahariana).

Las guerras también intensifican la pobreza y el sufrimiento. La casi totalidad de los 50 conflictos armados del mundo de los últimos años se han producido en países pobres.

El 2002 fue el segundo año más cálido, tras el 2001, desde finales del siglo XIX. Unas temperaturas más altas están ocasionando más fenómenos metereológicos adversos y con ellos catástrofes. El informe subraya que hay en el planeta 50 millones de refugiados ambientales a causa de la sequía, inundaciones y construcción de embalses. El grueso de las catástrofes relacionadas con el clima recae en los países pobres, pero los responsables de este desequilibrio están en los países ricos. Los EEUU, con menos del 5% de la población mundial, son los que más contribuyen al cambio climático al producir el 24% de las emisiones de carbono.