La venta sin receta de la píldora poscoital, implantada por el Gobierno del PSOE hace dos años y medio, tiene los días contados. Al menos para las menores de edad. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia ha enviado al Ministerio de Sanidad el informe solicitado por su titular, Ana Mato, "para analizar los efectos del fármaco", en el que apoya la vuelta a "una prescripción médica reglada, sobre todo en menores". La Organización Médica Colegial, organismo al que la ministra también ha requerido un estudio, le remitirá esta semana el suyo, en el que defenderá que se dispense "tras indicación médica". Los dos colectivos sostienen que "se trata de un medicamento no exento de riesgos y, por tanto, debe ser el médico quien efectúe la valoración y su seguimiento, por la seguridad de los pacientes".

La ministra contará en breve también con el tercer informe solicitado a la Agencia de Española del Medicamento (AEM). El organismo, ahora bajo su competencia y la más directa de la secretaria general de Sanidad, Pilar Farjas, próxima al Opus Dei, apunta en la misma dirección que los médicos, a pesar de que hasta la llegada del PP al Gobierno la AEM no tenía constancia de efectos adversos del fármaco. Con los tres pronunciamientos, Mato podrá cumplir el objetivo del PP de vetar la venta libre de esta "bomba hormonal y abortiva", como la han definido los sectores ultracatólicos e incluso el PP en la última campaña electoral.

En su informe, consensuado con la Sociedad Española de Contracepción (SEC), la SEGO refiere a Mato los efectos secundarios que puede tener este anticonceptivo de emergencia, especialmente entre menores de edad, y aboga por que solo se dispense tras consulta y prescripción médicas, sobre todo a chicas de 14 a 16 años. "Nos gustaría que la exigencia se hiciera con todas", comentó su presidente, Josep Maria Lailla. A su juicio, a la mujer que quiera tomar esta píldora no hay que ponerle inconvenientes. "Pero nos preocupa que la están adquiriendo chicas de 14, 15, 16 y 17 años, que la utilizan como un sistema de contracepción habitual".

La SEGO señala en su informe que "el riesgo que consta en evidencia científica en las mayores de 18 años es pobre", pero puede ser más serio si se toma la píldora de manera repetida "como anticonceptivo de primera línea, que no lo es". Los ensayos de seguridad de esta píldora, según la sociedad de ginecología, se hacen pensando en un uso muy puntual y siempre en mujeres mayores de edad, porque la ley no permite a las menores participar en ensayos clínicos. "Pero si una adolescente se hace asidua a la píldora puede sufrir trastornos en su aparato genital", subrayan los ginecólogos.

RESPONSABILIDAD "Aunque solo hay complicaciones en uno de cada 10.000 casos, ¿quién es el responsable cuando ocurre?", se pregunta el presidente de la SEGO. "Si es de venta libre, está claro que quien la toma, pero ¿y si se trata de una menor de edad y el padre lo denuncia ante el juez? Limitemos la venta a menores y evitemos problemas", aconseja Lailla, al tiempo que insiste en la "necesidad de definir mejor las cosas".