En el juicio en contra Jorge Fernández, esposo y presunto asesino de la española Pilar Garrido, varios testigos presentados por la Fiscalía estatal de Tamaulipas, México, declararon que el acusado tuvo conductas "inusuales", lo que abre aún más las posibilidades de que sea en efecto el responsable de la muerte de su cónyuge.

Pilar Garrido, valenciana de 34 años, desapareció el 2 de julio de 2017 y sus restos fueron hallados el 26 de ese mismo mes. Según el esposo, fue secuestrada por hombres armados mientras regresaba en coche a Ciudad Victoria, capital estatal, después de pasar unos días en la playa.

De acuerdo con un informe al que tuvo acceso Efe, en la audiencia del 18 de septiembre pasado la Procuraduría General de Justicia (PGJE, fiscalía) de Tamaulipas, se presentaron hasta cuatro testigos que dieron su versión sobre las conductas que mostró el inculpado en horas posteriores a la desaparición de su esposa.

CRECEN LAS SOSPECHAS EN CONTRA DE FERNÁNDEZ

La primera en dar testimonio fue una experta en gestión de crisis que atendió a Fernández poco después de la desaparición de su esposa, el 2 de julio de 2017, cuando él era considerado todavía víctima indirecta del suceso.

"Narró que durante diversos encuentros que tuvo con el esposo, él mostró conductas inusuales respecto a personas que han sufrido una pérdida de un familiar", según el informe de la fiscalía. La experta aseguró que estaba "inquieto y sin poner atención a las recomendaciones" y que varias veces "hizo el intento de llorar" sin lograrlo.

En una visita, Fernández estaba almorzando, siendo esto "muy inusual" porque las víctimas indirectas de este tipo de delitos pierden el apetito. Y también explicó que Fernández tardó hasta cinco horas en hacer su denuncia porque salía a "tomar aire".

CONTRADICCIONES EN SUS ACTOS

El segundo testigo fue un experto negociador en secuestros que explicó que Fernández "nunca se interesó por el rescate" ni atendió al negociador. "En vez de entrar en estado de angustia y desesperación, Jorge se iba relajando cada día", destacó el informe.

Dicho especialista en negociaciones indicó además que el imputado "cambió la información" en varias ocasiones y finalmente, dijo no recordar denuncias previas de secuestro en el tramo de carretera donde desapareció la española.

Un tercer testimonio, experto en lenguaje no verbal de la Policía Científica, testificó que las declaraciones escritas eran "coherentes y lógicas" pero, de forma verbal, tenían "incoherencias".

Finalmente, un perito criminólogo también testificó que Fernández mostró incoherencias sobre los tiempos en que transcurrieron los hechos y que en su investigación, descubrió que el marido había puesto a la venta en internet armas de fuego pese a que eran de uso exclusivo del Ejército.

Martín Lozano, abogado de Fernández, dijo que estos testimonios no son concluyentes pues se basan en "opiniones" subjetivas y no despejan la duda sobre el cómo ni el cuándo murió la española.