El cine y el Gobierno viven su enésimo desencuentro. La razón: el IVA cultural, que el Consejo de Ministros ha decidido bajar al 10% pero solo para los espectáculos en vivo (conciertos, obras de teatro y danza y corridas de toros). La exhibición de películas sigue gravada con el impuesto más alto de toda la zona euro: el 21%. Nadie en la industria se explica el por qué. “Enhorabuena a los espectáculos en directo. Algún día alguien nos contará el misterio de excluir el cine. Y esperemos que sea pronto. Como productores nos afecta, pero los perjudicados son, sobre todo, los ciudadanos”, protestó el presidente de la confederación de productores audiovisuales (FAPAE), Ramon Colom.

"Cuando el déficit nos lo permita también bajaremos el IVA del cine", contestó el ministro de Cultura y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo tras resaltar que la industria audiovisual tiene "70 millones en la nueva ley de financiación" y que, por lo tanto, en opinión del Ejecutivo, otras industrias como el teatro y la danza están más necesitadas de la rebajal. "El cine español tiene otras ventajas fiscales. Está en un buen momento", concluyó en la rueda de prensa del Consejo de Ministros.

Desde que el Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy decidió, en 2012,subir el IVA cultural del 8% al 21% todas las industrias perjudicadas han levantado su voz en infinitas ocasiones. Incluso, llegaron a agruparse para establecer un frente común y recordarle al Gobierno que 500.000 familias viven de la cultura. A lo largo de este tiempo, los mandatarios han hecho oídos sordos. Es más, Hacienda llegó a calificar a la cultura de “entretenimiento” y, recientemente, Rajoy confesó no tener tiempo para ir al cine. De hecho, el presidente no ha visto ni una de las películas que aspiraban este año a los premios Goya.

UN DEBATE SERENO

“Tener una actitud quejica no es constructivo”, afirma Álex de la Iglesia, que reclama un “debate sereno” para que alguien explique por qué el IVA de de las entradas de cine -que rondan los 10 euros, a pesar de que hay ofertas recurrentes- sigue en el 21%. “Hacer películas es caro y se trata de una industria que devuelve mucho dinero. Debería estar considerada, por lo menos, al mismo nivel que los toros”, afirma el cineasta, que ahora mismo tiene en cartel 'El bar'. “Fuera de nuestras fronteras el cine español está muy bien considerado. Incluso hay quien piensa que es el mejor de toda Europa. Me gustaría pagar un billete de avión a toda esa gente y que lo contaran en España”, destaca tras dejar claro que todos los países -incluido EEUU- tienen legislaciones protectoras con el cine.

FALTA DE SENSIBILIDAD

A la hora de explicar por qué las películas quedan fuera de la rebaja fiscal, el actor y miembro de Podemos Pepe Viyuela no quiere pensar que estamos delante de una persecución o animadversión. Lo que sí hay, a su juicio, es una “falta de sensibilidad”. “Nos preocupa porque el cine es una industria fundamental, desde el punto de vista social y económico”. Eso sí, Viyuela, actor teatral, da la bienvenida a la medida gubernamental, aunque reconoce que llega tarde y que el “daño” ya está hecho.

“No veo ninguna excusa ni razonamiento lógico para explicar la exclusión del cine”, sentencia el productor Eduardo Campoy. En la misma línea, el cineasta Benito Zambrano ('Solas', 'La voz dormida') califica de “ridículo y lamentable” que las entradas de cine sigan teniendo el máximo gravamen fiscal. “¿Qué hacemos los que nos dedicamos al cine, los que llevamos años para levantar un proyecto?”, se queja.

Mientras, el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA) tampoco considera satisfactoria la decisión del Consejo de Ministros pese a ser "una noticia largamente reivindicada y esperada desde 2012". Las reservas del CoNCA se refiren a que no se recupera el tipo impositivo anteior (el 8%) y que la rebaja no se aplica a todo el ámbito cultural.

AUMENTO DE ESPECTADORES

En lo que va de año, las salas de cine han aumentado en un 5% el número de espectadores y en un 3% la taquilla recaudada, según los datos facilitados por FAPAE en el festival de Málaga, donde Ramón Colom recordó que una película que cuesta tres millones de euros (el presupuesto medio está en 1,5) tiene que recaudar por lo menos siete millones en taquilla para ser rentable. El presidente de los productores afirmó que a pesar de que la relación con el Instituto del Cine (organismo que depende de Cultura) es “excelente” la industria audiovisual “necesita más vitaminas”. Además del IVA (una cansina lucha que casi ya se da por perdida) Colom reclamó decisiones gubernamentales para que las películas españolas viajen fuera de nuestras fronteras.