El proyecto de ley que propone dar tres días de baja mensual a las mujeres con menstruaciones dolorosas, que se presentó hace exactamente un año, está parado en el Parlamento. Las razones más importantes parecen ser que le ha pasado por delante alguna ley más urgente, como la electoral (en Italia se vota en el 2018) pero, sobre todo, la oposición de algunos grupos de mujeres, manifestada cuando se presentó el proyecto que, en apariencia, significaba un progreso.

La economista especializada en políticas públicas, Daniela Pizzalunga, ha reconocido al diario ‘The Independent’ que no se puede excluir que una baja por menstruaciones conlleve “repercusiones negativas”, ya que la demanda para emplear a mujeres “podría disminuir, o bien podrían ser todavía más castigadas en lo que se refiere a salarios y carrera”.

FALSO CLICHÉ

El proyecto de ley “corre el riesgo de perjudicar aún más a las mujeres”, afirma Prisca Righetti, reconocida articulista y bloguera de temas sociales y femeninos, aún reconociendo que dicha baja “podría reforzar el falso cliché, desgraciadamente compartido por muchos empresarios, de que las mujeres son emotivas y frágiles y, por lo tanto, incompatibles para muchos roles y cargos”.

Por otra parte, en los foros de debate de la red numerosas mujeres han escrito que el reconocimiento de un nuevo derecho “no debería mermar la contratación femenina”, ya que “por este camino el miedo a las repercusiones siempre impedirá la reivindicación de medidas laborales más avanzadas”.

El proyecto había sido presentado por cuatro diputadas del progresista Partido Demócrata (PD), entre ellas Simonetta Rubinato, que argumentan que “ausentarse del trabajo en ese periodo significa que, a su regreso (al trabajo), las mujeres volverán más productivas”. En el informe de presentación, las diputadas subrayaban que, en el ámbito escolar, las bajas con certificado médico por este motivo oscilan entre el 13% y el 51% entre las profesoras (según las regiones del país), mientras que sufren del problema entre el 5% y el 15% de las alumnas.

EMPRESAS PRIVADAS

El informe del proyecto ilustraba con detalle la decisión de laindustria británica Coexist de conceder dicho tipo de baja porque durante esos días los dolores menstruales impiden a las trabajadoras “la realización de las ordinarias misiones laborales diarias”, en palabras de la empresa.

En EEUU, algunas empresas han adoptado unilateralmente la medida, incluyéndola en el convenio empresarial, pero en ningún Estado existe una ley general. Según el proyecto, la paga por la baja sería del 100% e iría a cargo de la Seguridad Social. La baja debería ser prescrita anualmente por un médico especialista.

El índice de ocupación femenina en Italia es del 61% respecto a las mujeres del país en edad laboral, mientras que en la UE el promedio asciende al 72%.