El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, afirmó hoy que detrás de la defensa de la libertad de expresión se esconden discursos islamófobos, que no solo son una falta de respecto a las creencias de millones de personas sino que son la causa de horrendos atentados.

"¿Si bien condenamos de forma correcta las expresiones de racismo y de antisemitismo porque no hacemos lo mismo con las expresiones de islamofobia que no tienen en cuenta las creencia millones de personas?", se cuestionó Zarif, en su discurso en el segmento de alto nivel de la vigésimo octava sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

"Toleramos discursos y comportamientos que se glorifican como la aplicación de la libertad de expresión que después tienen consecuencias catastróficas", agregó Zarif, sin mencionar específicamente ningún atentado en concreto.

No obstante, el responsable de la diplomacia iraní sí que se refirió al hecho de que muchos de los terroristas que actúan "tanto en Europa como en Irak son inmigrantes de segunda generación", que han nacido y crecido en democracia en países europeos.

"Esto es un ejemplo del fracaso sistemático de evitar la discriminación, la alienación de personas de otras razas y religiones en las democracias occidentales", aseveró.

Asimismo, para Zarif la radicalización de algunos también se debe a las políticas de doble rasero establecidas, a su entender, por Occidente y por "los poderes globales".

"El Estado Islámico está compuesto hoy por militantes radicales que hace un par de años eran llamados combatientes por la libertad", sostuvo el canciller, en referencia a los miembros de la oposición armada siria, aunque tampoco los mencionó.

Todas estas reflexiones Zarif las englobó en una situación general de "selectividad y dobles estándares" en el mundo provocados por las potencias occidentales, que a su entender también han secuestrado el funcionamiento del Consejo de Derechos Humanos y de los procedimientos especiales (relatores y expertos).

"Esta politización sólo hace que dañar los derechos humanos per se, y refuerza la exclusión".

Y recordó que la situación que mejor ejemplifica su análisis es Palestina, "donde se producen las mayores violaciones diariamente".

A pesar de todo lo dicho, Zarif se mostró convencido de que Naciones Unidas sigue siendo el órgano y el espacio adecuado para lidiar con los problemas globales y lograr una mayor cooperación internacional.

"Estoy convencido que podemos avanzar en nuestra prosperidad global si dejamos de politizar, es nuestro deber colectivo", concluyó el responsable iraní.