El Consejo de Ministros aprobó ayer, a sólo tres semanas de las elecciones, sacar a concurso un conjunto de compras y obras del trasvase del Ebro por un importe de 670,2 millones de euros (111.511 millones de pesetas). Si a esta cantidad se añaden los 30 millones de euros licitados hasta ahora, resulta que el Gobierno ha comprometido ya un gasto total de 700 millones de euros en una obra que, en el caso de que el candidato del PP, Rajoy, no obtenga la mayoría absoluta, podría quedar en dique seco.

La parte del león de las licitaciones aprobadas ayer se la lleva el suministro de tuberías y sifones que ya anunció José María Aznar el pasado miércoles en Murcia. Son 555 kilómetros de tubos que suponen un peso de unas 520.000 toneladas, el equivalente a siete veces la carga que transportaba el Prestige. El Ejecutivo está dispuesto a pagar por ellas 599,5 millones de euros. La licitación incluye las tuberías necesarias para construir el ramal norte del trasvase a Barcelona, al que la Generalitat catalana ha renunciado. También ha salido a concurso por 29,3 millones de euros un tramo de Almería de 31,5 kilómetros que está situado entre La Venta del Pobre y el Barranco del Acebuche. El resto de licitaciones corresponde al suministro de otros elementos.

Con éste ya están en marcha un total de cinco tramos. En dos de ellos colocó Aznar la primera piedra y en un tercero situado en el Puente La Higuera, entre Valencia y Alicante, la pondrá el próximo día 25. El presidente de la comunidad autónoma de Aragón, Marcelino Iglesias, calificó la compra de tuberías de "exhibición impúdica de propaganda electoral". De los grupos políticos con representación parlamentaria, sólo el PP y Coalición Canaria apoyan la realización del trasvase. CiU ha advertido de que el rechazo al proyecto será una de sus condiciones para pactar.